Aunque tienda la mirada por los huecos que se asoman a la luz
y divise la perfección y el equilibrio solitario,
aunque me disponga a desfilar con disciplina en los ejércitos comunes,
siempre un traspiés consigue que me tuerzay afiance mi espíritu distinto.
Vuelo sola por los cielos empañadoscon alguna que otra nube colmada de dudas.
A veces, anhelo el vuelo compartido
sin que ningún dios me doblegue la acrobacia
ni humano alguno afrente contra la verdad última
de una naturaleza, estancada en ocasiones,
que pretende ser río caudaloso,
aunque se quede en fuente humilde a ras del suelo.
Albergo sueños de belleza en paisajes idílicos
que se rompen cada tanto cuando la realidad impera.
Converso con la piedra milenaria en las delicadas alturas que le proporcionó el orfebre
y, al fin y al cabo, soy espíritu desnudoal albur de las lenguas del destino.
Antigua e incógnita, llego para afirmar el tiempo
y desear un buen año en la verde extensión de la esperanza.Excepto los cuadros de Magritte y Clouet, todas las demás imágenes son fotografías realizadas por quien suscribe esta entrada.