Dívar, el presidente del CGPJ, cargó al Consejo 15.185,07 euros de gastos de 12 viajes mixtos

Publicado el 15 junio 2012 por El Tridente

Imagen: abc.es

¿Qué se puede decir de el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, sin incurrir en una ilegalidad o, permítanme el chiste malo, hacer un juicio erróneo? Pues lo que se puede decir es que algunos nos quedamos con la boca abierta porque no se entiende como alguien que debería dar ejemplo y ser un referente de lo que es justo e injusto se ha dado, presuntamente, una vida digna de un jeque árabe.

Y si encima la principal función de un señor como éste es velar por la garantía de la independencia de los jueces y magistrados frente a los demás poderes del Estado, ¿qué puede pensar un ciudadano cuando presuntamente alguien con tanta responsabilidad se ha gastado miles y miles de euros del erario público en viajes de fin de semana? Pues que en vez de haberse metido a carpintero, albañil o fontanero, tendría que haber estudiado para llegar a un puesto tan alto…y encima tener la cara de abusar de dicho puesto.

Al parecer el señor Dívar, se dedicaba a viajar los fines de semana a lugares como Mallorca, Barcelona, Bilbao o incluso Fuerteventura y pasaba esos viajes como gastos. Pero es que encima tal y como podemos leer en el diario El Mundo ( www.elmundo.es ) Dívar, cargó al CGPJ 15.185,07 euros de gastos de 12 viajes mixtos (en parte oficiales y en parte privados) realizados desde el comienzo de su mandato en 2008 hasta julio de 2011. O sea que disfrutaba de grandes fines de semana y la “nota” se la pasaba al órgano de Gobierno del Poder Judicial de España.

Por lo que ante casos como éstos se me ocurre que el dinero todo lo puede, algo que no es nada nuevo, y que seguro que aunque el sueldo del señor Dívar fuera considerable, eso es innegable, siempre fue poco. Como poco es lo que cobra un desempleado que lleva en la lista del paro a saber cuánto tiempo y recibe una mísera ayuda. Como poco es lo que percibe un jubilado después de llevar toda la vida trabajando y que tras ese esfuerzo la única recompensa sea un bajo porcentaje de lo cotizado y encima ahora reciba a cambio más restricciones si cabe.

La vida es injusta, pero más injusto es aquel que debería ser ejemplo sobre todo por el cargo que representa y a quien representa. Pero claro, cuando de dinero se trata, tristemente en la balanza de la justicia  no hay pesa que contrarreste tanta mezquindad. Ya lo dijo Juan Montalvo: Para la codicia nada es sagrado. Si el Ave Fénix cayera en sus manos, se la comería o la vendería”.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…

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