Antes de comenzar con este artículo, quiero dar mis más sentidas condolencias a los familiares de las 8 víctimas mortales de la masacre perpetrada en el municipio Suzano, en el estado Brasileño de Sao Paulo, el 13 de marzo del 2019.
Esta lamentable noticia me ha impactado tanto que me impulso y me atreví a escribir sobre un tema muy polémico en particular, que a través de su corta historia ha tenido un largo expediente. Una problemática que enfrentan los gobiernos y personas del común, en su mayoría padres de familia, en donde hay desacuerdos por su subsistencia y su gran auge en los jóvenes. Con ganancias millonarias anualmente, su erradicación titubeante demuestra la lucha en vano de muchos seres humanos que comprendieron no poder tapar el sol con un dedo.
El mundo de los videojuegos ha conquistado a un sin fin de usuarios globalmente, sin restricciones de edad y diferencias raciales. Buscando en algunos casos, un poco de diversión con amigos, pasar un momento agradable con nuestros hermanos o primos y a veces privadamente; encontrando satisfacer sus anhelantes deseos de jugar en su celular, consola o computadora. Pero, ¿Qué clase de videojuegos? Cuando tuve el interés de jugar, me divertía en una computadora, me apasionaban los videojuegos de guerra y especialmente guerras bélicas; sentía que hacia parte de la historia (en sí, ese es el objetivo de los creadores del juego), pero era tan profunda la emoción que no importaba nada a mi alrededor, si no el seguir triunfando misión tras misión. Varios de los lectores saben de lo que estoy hablando. Quizás algunos de ustedes son amantes de esta categoría “GAMER”.
Las investigaciones de este atroz crimen describen a los asesinos como sujetos aislados, faltos de comunicación con las demás personas y adictos a los videojuegos violentos. Sus antecedentes familiares muestran el daño psicológico por parte de los padres de uno de ellos, los cuales abusaban de las drogas, cuando este era tan solo un niño. Cuando una persona arrastra consigo rencores, odios acumulados por su aplastante y difícil vida, buscan la manera de soltar toda esta carga o ira de una u otra manera, dándole paso a una explosión de ideas sin raciocinio y carecen de percepción absoluta sin poder dominar su cuerpo completo. Precisamente lograron encontrar la manera; o expresándolo mejor, encontraron el componente faltante para poder actuar como lo hicieron estos jóvenes. Sí, lamentablemente los efectos de los videojuegos violentos, de guerra, disparos o como quieran llamarle, causan consecuencias más negativas que positivas en las personas. Pero muchos dirán: “Yo juego muchos videojuegos violentos y nunca he hecho algo parecido o que se me pase por la mente hacerlo”. Entonces, ¿Qué efecto causa en los demás?
No todos desarrollamos estos instintos mentales combativos comparándolo con estos jóvenes y muchos casos más. Pero hay algo que, sin duda cambia en nuestra personalidad y sin darnos cuenta provoca, por ejemplo, la pérdida del cariño natural, la intolerancia, la falta de interés hacia los demás, también adquirimos un lenguaje tosco y para ir más allá, una actitud agresiva. Precisamente ese es el plato fuerte de todos los días en las noticias, en los programas televisivos y especialmente en la Internet. Es más, hasta nos divierte o nos agrada inconscientemente ver el sufrimiento de sucesos fatales calificados como justos e injustos. Para finalizar, queremos aclarar que todo esto depende de tu libre elección o como quieras pasar tu tiempo libre, pero hazlo de una manera que, no corra riesgo la bonita educación que te dieron tus padres, tus maestros o quien sea que te de buenos consejos a lo largo de tu maravillosa vida.
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