Divide y vencerás (elecciones)

Publicado el 22 mayo 2014 por Corsojc @corsojc
En los tiempos que corren donde parece librarse una guerra entre representantes y representados, muchas son las voces que no ven con buenos ojos los vericuetos de la política. Muchos son los factores que determinan la marcha de nuestra democracia, y la simplicidad de algunas grandes ideas sobre el funcionamiento de la sociedad se deja ver en análisis un poco más exhaustivos. Algunas cuestiones marcan nuestra agenda democrática y determinados comportamientos son tan obvios que sería insensato rechazarlos. Que los partidos políticos buscan el poder como primer fin es algo estudiado, documentado y hasta lógico, porque salvo contadas excepciones que las habrá, el beneficio propio es el primer objetivo de nuestras vidas.Los partidos, con la herramienta del poder en la mano tienen acceso a información privilegiada, pueden gracias a sus puestos en el estado obtener datos, encargar estudios y dedicar tiempo a saber como funcionan las cosas macro de los ciudadanos. Nosotros con menos recursos tenemos que valernos de nuestra intuición y de nuestra imaginación sociológica para deducir y averiguar esos mismos comportamientos. Durante la crisis hemos vivido movilizaciones de todo tipo, distintos sectores y grupos de personas con algún nexo común se han unido para protestar contra medidas que les afectaban directamente y en otros casos por solidaridad.Parece claro que de los dos motivos de movilización el que más fuerza tiene es el de que algo afecte directamente, de este modo podemos ver que los políticos se dan cuenta de nuestro modo de actuar y como una movilización minoritaria es más fácil de controlar, ponen en practica la misiva del "divide y vencerás" y van dejando caer poco a poco las medidas impopulares que generan las protestas, es lo más lógico para evitar ser molestado en demasía o tener que cambiar alguno de los planteamientos realizados desde la atalaya de las decisiones de poder. Puesto que si las movilizaciones fueran masivas seguramente su comportamiento ante las mismas debiera dar un giro.La dificultad de encontrar ideas movilizadoras comunes es uno de nuestros grandes males culturales, puesto que no somos conscientes de la importancia de influir en las decisiones que nos atañen, muchas veces cuando queremos reaccionar es demasiado tarde y tenemos que transigir con decisiones que nos agreden y tal vez nos lamentemos de la falta de solidaridad de los demás por no venir a defender nuestra causa.Conseguir vencer esta cultura de la apatía movilizadora es una tarea que se puede emprender de forma premeditada pero la consecución del objetivo se escapa a las intenciones del proyecto.
Si bien tenemos una herramienta que a riesgo de acabar mal en el largo plazo parece la mejor en el corto, y es aplicar ese “divide y vencerás” en la dirección opuesta, es decir del ciudadano al poder, en pocos días tendremos una oportunidad, y cada cierto tiempo otras más, usémosla para fragmentar la línea infranqueable que de momento el poder ejerce, la línea de las decisiones las tomo yo porque sí y para agradar a cierta gente.