Aún así, algún atisbo de divinidad palpita en lo más interno de nuestro ser. Muy dentro, de suerte que lo miremos por donde lo miremos, nuestros esfuerzos por ser mejores, sacar familias adelante, pagar miles de cosas con deplorables sueldos y trabajar sin desfallecer para sacar adelante a algún familiar enfermo no es ser menos que un ser sobrenatural. Vencemos, con holgura, los innumerables escollos que el día a día posiciona ante nosotros. Pero no por ello nuestro divino hacedor, creador, moldeador, arquitecto o cualquier otro apelativo que se pueda aplicar a "Eso", deja de ser un cachondo mental. Tanto que nos hace matarnos unos a otros por pura diversión y por las más nímias razones entre las que se incluyen hacerlo en Su nombre en las pérfidas y mal llamadas Guerras Santas. Nuestro Gran Jefe debe de llevar varios miles de años partiéndose el ojete ante tamaño despropósito, que se otorga el título de centro indiscutible de la Creación mientras no es capaz de solucionar problemas tan básicos cómo la pobreza o el hambre en su propio seno.
Por otro lado nuestra pobre deidad debe de tener ya complejo de personalidad multimúltiple, que le debe de hacer partirse de la risa cada vez que uno de los individuos de la misma especie que conforma la Humanidad le pide algo en un nombre distinto. Es curioso que una especie de seis mil millones de individuos esté tan fracturada que lo único en lo que nos ponemos de acuerdo es que tenemos que matarnos unos otros para agradar a "Algo". Un ser que a ciencia cierta nos creó cómo mero divertimento y que logró que fuéramos totalmente impredecibles otorgándonos el libre albedrío y poniendo nuestra capacidad cerebral por encima de nuestro instinto más animal y primigéneo. Dios es un gran tipo siempre y cuando no se le pida nada, porque lo más seguro es que se oiga una sonora carcajada y depués se tire un enorme pedo en forma de rayo de imprevisibles consecuencias. Es lo que hay, gran Dios si, pero al sexto día culminó su obra y a partir del séptimo descansó sin fecha de retorno al curro...
Al margen de las miles de millones de personas que veran heridas sus más íntimas creencias con mis palabras y reiterando que me considero creyente en "Algo" que no denominaría de forma fehaciente Yaveh, Allah, Annunaky o Coca Cola diré que en la vida cada uno tiene que avanzar con la Fé de que el día a día saldrá adelante por sí mismo. Por la misma confianza que uno tenga en sí mismo y que su dios, duende, demonio o extraterrestre de cabecera sólo debería servir de inspiración para obtener sus objetivos que, tanto mejor sean, tanto mejor karma obtendrán. Yo mismo soy amante de lo cofrade, de la plastica clásica de lo Sacro, de la música que envuelve nuestro mundo procesional y no por ello soy practicante de unos Dogmas que llevan confrontándonos dos mil años. Cada cual es libre de hacer y creer lo que quiera, cómo quiera y cuando quiera pero sin olvidar que el de Arriba, sea quien sea, es un Cachondo y que, cómo buen tipo instalado en el mejor sentido del Humor, a las buenas muy Bueno, pero a las malas y en muchos aspectos la llevamos muy pero que muy mal, más vale que no cambie su cachondeo innato por la mala leche que se le puede presumir, cómo es obvio, de proporciones bíblicas..