Si algo tienen los string pullers (marionetistas) es que nos llevan mucha ventaja, cuando nosotros vamos, ellos ya han ido y vuelto cien veces.
Podemos ignorarlo o incluso negarlo, pero existe un plan: para volver miedoso y sumiso al ser humano, hay que romperlo lo antes posible. Cuando violan a un niño, lo rompen definitivamente. Pero es imposible violar a toda la población, entonces tras la Segunda Guerra Mundial se pusieron a pensar seriamente cómo podían hacer y descubrieron que la mejor manera era romper la familia. Para eso, conviene que la madre salga de la casa a trabajar, así crearon la idea de que la mujer se libera trabajando. Con la ausencia de la madre en la casa, los niños son entregados al Estado desde una edad muy temprana, y, como los educadores obedecen e imponen la agenda cuales fieles soldados, entre el colegio, la televisión, la publicidad, la MTV, Disney y Hollywood, todos acabamos siendo formateados según la agenda, pero manteniendo la ilusión de que somos libres cuando tomamos decisiones.
Como prueba de que existe un plan cuidadosamente diseñado para el control de la demografía podemos leer en el cuadro siguiente un resumen de este proyecto realizado en 1970 por el Guttmacher Institute especializado en abortos y control demográfico, y financiado por la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford, la Packard Foundation y, cómo no, Bill Gates.