DIY: Uñas sombreadas

Publicado el 12 noviembre 2012 por Bebloggera @bebloggera
Por Maha Lub desde España 
Es posible que esta sea la manicura más manida de los últimos tiempos pero yo, no me canso de ella. Hay muchas formas de lograr el efecto "ombré" aunque os voy a contar un secreto, casi todas las técnicas son un mojón, requieren mucha destreza y si es vuestro primer intento, mejor ir a lo fácil. 
En esta entrada desvelaré unos cuantos truquillos para que logréis resultados espectaculares. ¿Queréis lucir unas uñas sombreadas fantásticas? Vamos al lío...

Es muy importante elegir bien los colores, hay mezclas que pensamos imposibles pero que después resultan maravillosas, mi consejo es que os inspiréis en las flores, ellas sí que saben de belleza. Una de las combinaciones que mejor me ha funcionado es con la base en salmón, el medio en rosa intenso y la punta en cereza. Si no tenéis práctica, es muchísimo mejor optar por bases claras y puntas más oscuras, para hacerlo al contrario se necesita más tiempo y maña.
Para el sombreado en un mismo tono, como en la foto, solo necesitaréis un color intenso y un esmalte porcelana (seguro que tenéis mil muertos del asco). Mezclando unas gotitas del color intenso dentro del esmalte porcelana, lograréis tener un color perfecto para la base de la uña. Como hay que agitar bien para que el color quede homogéneo, tendréis que hacer esta maniobra al menos media hora antes de utilizarlo, debe asentarse si queremos evitar que salgan burbujas en las uñas al secarse.

Técnicas que debéis olvidar


Con esponja de maquillaje... Muchas os dirán que uséis un triángulo de esos de látex, unas os aconsejarán que pintéis sobre la esponja, otras, que lo hagáis sobre un papel y luego mojéis el triángulo. Yo os digo, ¡PASANDO DEL PUTO TRIANGULITO! Hay que trabajar a toda leche y ni con esas, el látex empieza a descomponerse y termina pareciendo que tienes lepra en las uñas.
Con pincel... ¿Estamos locas? Hacerlo con pincel sin tener práctica es misión imposible.

¿Cómo lo vamos a hacer? 

Con los aplicadores de sombra de ojos más perros del mundo, esos que siempre tiramos porque no valen para nada. Mucho cuidado, no os confundáis, los hay de látex y hacen la misma mala faena que los triangulitos, buscad esos que con mirarlos se desmontan, los de la esponja rugosa.

Dos colores

Una vez pintada la base hay que dejarla secar por completo. Después, echamos un poquito del esmalte intenso sobre un papel, mojamos levemente el aplicador, lo apoyamos varias veces sobre el papel para quitar el exceso de pintura y sombreamos la punta de nuestras uñas. Haciéndolo así, veréis que se crea un corte entre claro y oscuro, no os preocupéis... Vamos a dejar que seque (va rápido) y haremos otro paso para lograr un degradado suave. Volcamos un poco del esmalte porcelana tuneado sobre el papel, mojamos el aplicador (por la otra cara) y lo pasamos sobre la línea que separa los dos colores.

Tres colores

La técnica es similar, pintamos la base con el tono más claro, dejamos secar, pasamos el aplicador con el color intermedio desde la mitad de la uña hasta la punta, esperamos un poquito y terminamos de colorear poniendo el color más intenso en el filo de la uña.

Punta clara

Llegará un momento que querréis utilizar el color claro en la punta, pues bien, la manera más fácil de hacerlo es poniendo primero blanco sobre la base y luego, se tapa con el color que queramos usar, esto sirve también para hacer que los tonos flúor chillen como es debido. Por ejemplo, una combinación que queda muy elegante es pintar las uñas en nude, poner un sombreado en blanco y terminar con amarillo flúor cubriendo el blanco por completo.
Sea cual sea vuestra combinación, es vital terminar con un buen brillo, aunque con estos aplicadores no tendremos cachos de esponja pegados a las uñas, el esmalte no quedará liso hasta que no pasemos una o dos capas de top coat.