Rafa arrancó más concentrado, bien plantado en el fondo, y aprovechó las dudas que mostró el serbio al comienzo para concretar dos quiebres y rápidamente sacar una ventaja de 4-1. El español marcaba el ritmo de juego, frente a un rival errático, que sumó 19 no forzados en todo el parcial y nunca se sintió cómodo con su derecha. Sin embargo, de a poco Djokovic se fue metiendo en el partido y, cuando Nadal sacaba para llevarse el set (5-2), el balcánico reaccionó, consiguió un break y acortó distancias (4-5).
A partir de allí, el serbio aceleró y comenzó a jugar más con su drive y su revés cruzado, lo que complicó un poco al mallorquín. Pero Nadal -aunque tuvo algunos problemas con su segundo servicio- fue muy efectivo con el primero (73% de puntos ganados) y, con un gran game de saque, marcó el 6-4 y selló la manga inicial. Djokovic terminó el set más preciso, pero eso no le alcanzó para dar vuelta el marcador, porque le faltó contundencia a la hora de capitalizar las chances de break.
El serbio siguió creciendo en el segundo capítulo. Nole ganó protagonismo y comenzó a imponer su juego. El español, en tanto, perdió contundencia y empezó a cometer más errores como consecuencia de la constante presión de su rival. Djokovic consiguió un quiebre y luego marcó el 3-0. Hacia el final del parcial, el match se niveló y los games se hicieron muy peleados. Nadal volvió a ganar confianza con su primer saque; pero el balcánico se mantuvo firme con su devolución. Por eso, no tuvo problemas para mantener la diferencia que había sacado al principio y adueñarse del segundo parcial.
El último capítulo fue el más parejo. Nadal recuperó la agresividad que había perdido en la manga anterior y trató de complicar a su oponente con un juego que combinó diferentes efectos y velocidades. El español, además, estuvo muy preciso con su revés y mejoró con su segundo saque; pero Djokovic respondió muy bien a la presión del mallorquín y siguió firme con su servicio. Sin quiebres para ninguno de los dos (ni siquiera hubo break points en el set), la definición llegó al tie break.
El desempate tuvo la misma intensidad que el resto del partido. Djokovic consiguió un miniquiebre y se adelantó 1-0; y Nadal se llevó los dos puntos con el saque del serbio, para el 2-1. Pero Rafa se dejó dominar por los nervios y el cansancio (se lo vio extenuado hacia el final) y, aunque salvó dos match points en contra, no pudo recuperar la diferencia que le sacó el serbio, quien se puso 6-2 y luego selló el resultado por 7-4.
Así, en una final que cumplió con las expectativas del público, Djokovic levantó un nuevo trofeo -el segundo sobre el cemento de Key Biscayne- y reafirmó su hegemonía en el circuito masculino, por lo menos en lo que va de la temporada 2011. El serbio, que sigue sin perder ningún partido en el año, consiguió su cuarta corona de la temporada (en el mismo número de torneos disputados) y la 22ª de su carrera profesional.
Cuadro de singles de Miami
Foto: Yahoo Sports