Como hice recientemente el Camino de Santiago desde Astorga hasta Compostela, tropece durante todo el caminar con los vinos del Bierzo, la uva Mencia se expresó de muy variadas formas, unas veces timida, otras veces magnifica, cuando habia sido criada en barrica ganaba mucho en sabor pero perdia su expresión natural, cuando tomas un vino y percibes las notas de madera tu memoria lo equipara a vinos mas conocidos y distinguir la Mencia se hace mas dificil, ya que el disfraz que toma al pasar por barrica de alguna manera distorsiona el bouquet y sabor tan autoctono de la uva Mencia.
Le tengo que dar la razón a José Luis Núñez de la Bodega Viñas del Bierzo, quien me aseguro que el vino del Bierzo en un principio no agrada del todo, pero con el transcurso de los dias le vas tomando tal cariño que se vuelve casi que una adicción y eso lo llegue a comprobar mas tarde cuando en el Consejo regulador del Bierzo pusierón sobre el papel en el que estaba escribiendo mis notas una gota de vino y esta se torno azulosa y llegue a exclamar extasiado me he bebido el cielo azul del Bierzo.
Dos cosasme llamarón profundamente la atención sobre la cultura del vino en esta zona, primero la fidelidad de las gentes con el vino que se produce en su región, en tiendas, bares, restaurantes, albergues y hoteles exhiben con orgullo el vino del Bierzo y segundo que el vino de la Rioja juega el papel de vino nacional, por lo general habia para escoger, el primero mas barato y el Rioja con un precio mas alto.