Andaba por la playa en búsqueda incesante de alimento, que consiste en diminutos invertebrados que captura en el limo de la playa o las aguas muy someras.
No me dejaba acercar mucho, se asustaba al ver mi en comparación enorme cuerpo caminando por la playa en su dirección; finalmente me agaché y pude tener algo de confianza del ave, que se dejo fotografiar a más de 6 metros, no menos. Había muy pocos de ellos a comparación de la gran cantidad de otros playeros.