No hay monoplaza mejor acondicionado para las calificaciones que Red Bull, que una vez en carreras, por unas cosas u otras, no consigue cumplir las expectativas generadas. Tras su doblete en Malasia y llevarse las cuatro poles disputadas, el RB6 diseñado por Newey volvió a fracasar en el GP de China. Pese a partir desde las dos primeras plazas, Red Bull logró un balance patético, con la sexta posición de Vettel y la octava de Webber, resultando muy perdedor en otra carrera surrealista, repleta de percances y de pasos por boxes que encumbró a McLaren, el equipo que le había hecho sombra durante los entrenamientos y las sesiones de calificación. Circunstancias que comporta la presencia de la lluvia y que suelen hacer necesaria la aparición del coche de seguridad, que salió dos veces. Circunstancias que hacen vencedor a quien mejor sabe leer las condiciones. “Ése fui yo, supe adaptarme a todos los cambios”, soltó, orgulloso, Button en la rueda de prensa, en el centro como vencedor en Shanghái y nuevo líder de un Mundial igualado y de muchas alternativas. El actual campeón ha sido el único capaz de repetir victoria y de recuperar el liderato –privilegio que tenía Massa, noveno– gracias a ser uno de los pocos en arriesgarse a no cambiar los neumáticos al principio pese a las gotas de agua que caían y tan sólo tuvo que adelantar a Rosberg, finalmente tercero y segundo en el campeonato. A Button le acompañó en el podio su compañero Hamilton -de nuevo el más agresivo- y McLaren celebró el que sería su primer doblete del curso. Un resultado virtual, pendiente de la decisión que tome la organización sobre el incidente en la salida del pit lane de Vettel y del propio Hamilton, que pisó la línea blanca. Ambos o uno de los dos podían ser castigados. Como le sucedió a Alonso, justo por debajo del último cajón, por excederse en la salida.
Sabía el bicampeón español que su única oportunidad pasaba por ser el más listo y rápido en la salida, pero una vez en situación Alonso se tomó la idea demasiado al pie de la letra e incluso se adelantó a los acontecimientos saliendo antes del tiempo. Una acción que temporalmente le permitió superar a los dos Red Bull por la zona limpia, pero por la que sería castigado después con un drive through. “La única carrera normal la he ganado”, se defendió el bicampeón español, que tuvo que correr con el mismo motor del circuito de Sakhir por haber roto el que utilizó para los libres el viernes. Los elogios del estreno del F10 son ahora dudas sobre la fiabilidad de un coche inestable. Massa, que baja su rendimiento en lluvia, rebañó al menos dos puntos y se permitió el lujo –y habrá quien piense que la revancha– con Schumacher, del que fue sufrido escudero y secundario en la marca de Il Cavallino Rampante. Schumi está decepcionando en su regreso a la élite y fue décimo. 10 son también los puntos que acumula.
Los problemas de Sauber
La situación en Sauber es insostenible. El jefe, Peter y cuyo apellido da nombre a la escudería, recela de los pilotos sin tener en cuenta que el monoplaza es casi tan efectivo como el cochecito Leré de Mortadelo y Filemón. Sólo De la Rosa ha conseguido acabar una prueba (12º en Australia; esta vez rompió el motor), mientras que Kobayashi tuvo que retirarse en el incidente inicial que también dejó fuera a Luizzi y Buemi y sólo ha completado 20 vueltas en lo que llevamos de Mundial. Acabar, y ya es un éxito, es lo que consiguió Hispania Racing, que colocó 16º a Senna y 17º a Chandhok con dos y cuatro vueltas perdidas respecto al vencedor. 13º fue Alguersuari que, como Button, no puso los intermedios al principio, pero que perdió sus opciones de puntuar por chocarse “con un doblado, mi único error, una lástima” y, ya en las últimas vueltas, tener que cambiar los neumáticos porque “habían perdido adherencia”. El piloto catalán está siendo uno de los grandes atractivas de un Mundial que por el momento gobierna Button tras la novena victoria de su carrera. Su novia, la modelo Jessica Michibata, lo celebró como posando con una bandera con la cara del piloto, el fondo del Reino Unido y la dirección de la página web del nuevo líder del campeonato. Una imagen publicitaria y de glamour para un Mundial cuya próxima estación será Europa y, en concreto, el circuito de Montmeló.