Por Eduardo Carranza Gazzani. (23-09-2013)
La semana pasada el doctor Alan García fue entrevistado en un programa periodístico nocturno de un canal de cable. Se portó bastante arrogante, lo cual es normal en él, así es que hay que aceptarlo tal cual.
Cuando la periodista le preguntó por su desastroso primer gobierno (1985-1990) Él respondió que había que considerar el estado en el que su gobierno recibió el país.
Ya pues doctor García no se haga el desmemoriado. En 1985 Belaunde le entregó el país con una inflación anual de 163%, que por cierto era inmensa, pero luego de cinco años y “gracias” a su “extraordinaria gestión” usted nos lo devolvió con 3,400% de inflación anual.
En cuanto al problema del terrorismo, en 1985 éste se encontraba focalizado. En 1990 al final de su gobierno casi la mitad del país estaba controlado por las bandas terroristas.
Es cierto que en el último año de su primer gobierno usted implementó el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) con la finalidad de cambiar la estrategia para combatir a los terroristas. Pero es sabido, por las declaraciones de sus integrantes, que no contaban con los medios necesarios para trabajar. Era como un auto sin ruedas. Y usted dirá que no había dinero. Pero no había dinero como consecuencia de su pésima administración como gobernante.
Le dejó como herencia al presidente Fujimori en 1990 un país 20 veces más desastroso que el que usted recibió en 1985 y el ingeniero Alberto Fujimori en solo dos años sacó al Perú de su estado grave y en cinco años logró que nuestro país iniciara el crecimiento sostenido que se mantiene hasta hoy.
Doctor Alan García, usted dirá que Fujimori cerró el congreso, que afectó la democracia, pero yo le diría que el país con cáncer que usted nos dejó no se iba a curar con aspirinas, más bien necesitaba una poderosa quimioterapia, la cual usted debió aplicar durante su primer gobierno, sobre todo porque tenía mayoría amplia en el congreso, no necesitaba cerrarlo, pero claro, se encontraba entretenido jugando al socialista justiciero, a decir discursos emotivos que arrancaban aplausos pero que no se traducían en hechos que mejoraran al país.
Dicho todo esto, debo reconocer que su segundo gobierno fue bastante bueno, pero sería mejor apreciado y reconocido si usted saliera a los medios y dijera:
Mi primer gobierno fue un desastre, arruiné la economía, fui negligente en la lucha contra el terrorismo y le agradezco al presidente Alberto Fujimori por haber reconstruido el país, que yo en aquella oportunidad no fui capaz de conducir con solvencia.
Creo que nunca escucharemos al doctor García decir esto. ¿O quizá si?