Scott Derrickson (Sinister, Líbranos del mal) es el director encargado de realizar esta primera incursión de la Marvel cinematográfica en el "mundo místico", y en mi opinión se salda con un resultado irregular. Aunque se aleja de otras producciones marvelitas gracias a lo diferente que puede parecer el personaje respecto a los superhéroes convencionales, en realidad tenemos aquí una típica película de origen, que no deja de seguir al dedillo la estructura a la que nos ha acostumbrado el estudio. Esto no es ni bueno ni malo, simplemente vuelve a poner de manifiesto que será complicado ver un tipo de película realmente original mientras la gallina de los huevos de oro siga siendo tan productiva.
Una vez más, se nos ofrece una cinta de buen ritmo, cargada de efectos infográficos de calidad y con un personaje principal bastante carismático y mucho más socarrón que en el cómic. El problema es que todo esto ya lo damos por supuesto, y empezamos a requerir algo más para sentirnos sorprendidos. El guión resulta poco novedoso a estas alturas, con una trama de origen que reviste cierto interés. Pero en cuanto empezamos a ver capas con vida propia, un repetitivo abuso del cgi expoliado sin remilgos de Origen, y chascarrillos que la película no pedía, la cosa pierde vigor.Sin duda lo mejor de la película lo encontramos en el espectacular primer "viaje astral" del protagonista, en el que los efectos especiales realmente logran sorprender con una cuasi modernización del famoso viaje estelar que Kubrick se inventó en 2001, una odisea del espacio. Por cierto, me gustaría que alguien experto en el personaje me sacara de dudas, porque me da la sensación que con Dormammu, el villano de la función, han hecho algo parecido a lo que hicieron con Galactus en Los 4 Fantásticos y Silver Surfer (Tim Story, 2007). Aquí Dormammu queda convertido en una especie de demonio interdimensional que no termina de quedar bien en pantalla.
Aparte de ello, es la interpretación de Benedict Cumberbatch la que imprime mayor atractivo al asunto. Porque Cumberbatch logra hacer suyo al personaje y al mismo tiempo le da un tono que empasta perfectamente con el universo cinemático Marvel. El actor británico derrocha carisma, lo cual hace que sus compañeros de reparto queden doblemente desdibujados. Rachel McAdams hace el típico personaje femenino comparsa, lo mismo que le sucede al personaje de Chiwetel Ejiofor. Algo más de presencia destilan Mads Mikkelsen y Tilda Swinton, aunque en mi opinión podrían haber dado todavía más juego.
A pesar de representar algo nuevo dentro del universo cinematográfico Marvel, un tanto apartado del resto de iconografía creada hasta ahora, Dr. Strange se me antoja como algo cercano al punto de saturación. No esta mal, pero aunque abre nuevos caminos a explorar dentro del universo Marvel, no deja de ser lo mismo de siempre en cuestión de películas de superhéroes.Mi nota: 5