Doctor sueño, de Stephen King

Publicado el 05 febrero 2014 por Xula


Doctor sueño Stephen King ISBN: 9788401354809 Formato: Tapa dura– 608 Pág. Editorial: Plaza & Janés

Danny Torrance, aquel niño que recorría en triciclo las siniestras habitaciones del Hotel Overlook, es ahora un adulto con muchos problemas. Ha aprendido a controlar en parte sus visiones y trabaja en un asilo de ancianos donde los ayuda a morir en paz cuando llega el momento. Por eso le llaman Doctor Sueño.
Pero su don le pone en contacto con otros que comparten «el resplandor» y para salvar a una niña, tendrá que luchar contra los seres malignos más repugnantes.
Esta novela tiene la extraña capacidad de poder ser una alegría o una decepción según la tomes. Por ejemplo, yo tenía unas ganas increíbles de leerla pero fueron decreciendo al pasar por algunas críticas que no eran exactamente negativas, pero sí pocos entusiastas. Llegados a este punto inicial, tal vez debamos matizar la diferencia entre una continuación y una secuela.
Porque a grandes rasgos una continuación es lo que sucedió después de El resplandor. Pero una secuela contiene parte de los elementos de la anterior, aunque no necesariamente tiene que seguir la historia. En ese sentido, Doctor sueño tiene en común con una continuación que su primer capítulo empieza apenas unos días después del final del Overlook. Pero ahí terminan las similitudes, ya que se produce un salto temporal y Danny ya no es Danny sino Dan, tiene 40 años y una visión más oscura de la vida.
Pero centrémonos… no solo han pasado 30 años para el protagonista, sino que también han pasado 30 años desde la publicación de El resplandor. Esa novela que es una obra maestra del terror y la locura, durante los 80, cuando el mundo era más ingenuo y había cosas que daban miedo. Pero ahora todo ha cambiado, tanto dentro como fuera de la novela, y los lectores somos los mismos que por aquel entonces pero más maduro y exigentes. Y lo más importante de todo es que Stephen King también ha cambiado. Es innegable que la cosa no es la misma desde el dia que tuvo aquel accidente y dejo de beber y de drogarse.
Ahora es un escritor más maduro que tiene otra visión de la vida, los ideales y las prioridades. Supongo que esto explica un poco esa parte de la novela que puede hacerse más pesada: Alcohólicos Anónimos. No creo que el gran conocimiento (e insistencia) en este sistema de apoyo mundialmente establecido sea fuente de la investigación, sino de la experiencia. Y lo trata con el respeto de una persona que le debe mucho. Si, es cierto que se puede hacer tedioso, pero a mí me ha aportado mucha información. Y a diferencia de otras partes más oscuras, me ha parecido hasta esperanzador ver a gente apoyándose incondicionalmente.
Esto nos dejaría únicamente con una novela de corte dramático si no introdujera dos elementos que nos recuerdan lo que realmente es Dan (Danny) y su resplandor: Abra y el Nudo Verdadero. Abra es una niña que ya desde apenas recién nacida demuestra tener un fuerte resplandor y que se pone en contacto con Dan cuando descubre ciertas cosas. Esas cosas tienen que ver con el Nudo Verdadero, un grupo de villanos que alimentan su inmortalidad con el vapor que desprenden los individuos con resplandor al morir. Y Abra tiene mucho resplandor. Mucho más que el que nadie haya tenido nunca.
Y como de este modo inicia una trama nueva, consigue evitar el recurso de Dick Hollorann y Wendy Torrence (amigo y madre respectivamente) para no caer en la tentación de hacer una continuación y no una secuela. Vale, es cierto que de alguna manera los echamos de menos porque fueron entrañables y Danny les debe mucho, pero no hay que olvidar que destrozar El resplandor podría ser lo peor que hubiera hecho Stephen King en toda su carrera.
Una vez asumido todo esto nos encontramos con una novela madura pero con parte de la chispa de siempre, que comienza con un ritmo más pausado para luego aumentar frenéticamente hacia el final. Allí volvemos a encontrarnos con los resplandores infantiles en todo su esplendor, y la eterna lucha del bien contra el mal. Un mal representado por unos monstruos que en realidad son humanos, y eso es lo peor, junto con el deseo de hacer daño a un niño. Tema, que por cierto, es recurrente en casi toda la obra de Stephen King.
El personaje de Abra, como novedad, le da un toque más alegre y menos deprimente al juntarse con Dan. Aunque tengo que reconoce que en algunos momentos no terminó de cuadrarme su comportamiento, ya que su evolución desde la infancia al final me produjo un poco de desazón.
Sin embargo, a través de las 600 páginas de la novela, nos lleva (a veces poco a poco, otras mucho más rápido) hasta un final cerrado, donde todo cuadra y nos traslada a esa atmosfera opresiva que tanto le gusta al señor King. Con pequeños guiños a El resplandor, por si lo echábamos de menos.
Quizá no sea lo mejor que ha escrito (ni por asomo, porque ha escrito grandísimas cosas) pero sí que te deja satisfecho y saciada la curiosidad respecto a algunas cosas. Si la pregunta fundamental de los lectores era ¿Qué fue de Danny Torrance? eso quedará resuelto. Así que sabiendo lo que vamos a encontrar, lo más seguro es que guste.
En definitiva, una bastante digna secuela de una gran obra maestra, aunque en otra línea totalmente distinta. Mas de acorde con el paso de los años, donde pueden disfrutar tanto los amantes del autor, de El resplandor o simplemente de las buenas obras.