Doctorado en seguridad

Publicado el 13 enero 2017 por Jmartoranoster

Gustavo Merino Fombona

En Venezuela la docencia es para superhombres y macromujeres a los cuales bendigo por su quehacer ante las tribulaciones harto conocidas Uno de los escenarios imperfectos-de ingratitudes institucionales y generacionales, de filosofía ultraísta humanística en el orbe, es el campo académico. Comparando sectores, ni hablar del tinglado político donde la selva es elegante. Sigamos con el sector formativo, en el que de vez en cuando el diálogo es racional-lógico-orientador y aportativo.
Pues las singularidades de Pericles, Augusto el romano, L. Da Vinci-Florencia-el Renacimiento, las corrientes del discernimiento, las técnicas y tecnologías además de la magia de lo inenarrable de la física cuántica, nos deben invitar bajo sus diferentes órdenes. El mundo de la enseñanza apasiona y se vuelve crucial para evolucionar y cuánto esfuerzo falta para transformarlo de taras.
En Venezuela la docencia es para superhombres y macromujeres a los cuales bendigo por su quehacer ante las tribulaciones harto conocidas. No obstante, la educación son los huesos de cualquier individuo-familia-país o planeta humano, por ende su valía.
Hace años, en 2006, creé el primer Doctorado en América Latina de Patrimonio Cultural en la Universidad Latinoamericana y del Caribe, con sedes en Panamá y Sao Paulo; van 5 promociones desde el año 2008 hasta la fecha y cinco graduados -tuve el honor de ser el primero en 2011, egresamos en 2 postdoctorados en Gerencia y Estudios Políticos-; el año pasado obtuve la dicha de ser el primer egresado en el Doctorado de Seguridad y Desarrollo Integral en la Universidad de las Fuerzas Armadas -tema vital el de seguridad en esta nación. Personas que me han acompañado en estos avatares los doctores Jenny González, Olga Durán, Elmo Belt, Julio Flores, Miguel Hung, María del Mar Padrón, Douglas Torres, doctorandos Roberto González, Damián Nieto, Migdalia González, Elsa Moo, entre otros muchos.
Como decía el escritor argentino Ernesto Sábato en una entrevista, que la inteligencia o intentar la lucidez o la construcción humana noble no tiene hoy en día ninguna importancia, toda idea parecida a cima inmediatamente es tirada a la basura.
Yo solo digo imaginémonos el planeta ahora sin un año de academia o de sapiencia formal o informal, quedarían electrones dando vueltas sin quantum o micromateria humana.