Seguramente si preguntáramos confidencial o extraoficialmente —off the record dirían los posmodernos trasnochados— a las personas que se manifestaron ayer, solicitarían la pena de muerte o cadena perpetua para los reos. ¿Es eso justicia? Aunque digan lo contrario, lo que en realidad pedían era venganza. Pura y dura. Nos guste o no —y reitero, a todos nos ha disgustado la resolución del TEDH— debemos acatar las sentencias. Siempre. Cuando nos favorecen y cuando no.
La conclusión es evidente. Los responsables de que estos asesinos estén en la calle son los políticos, que han permitido que se llegue a esta situación por no haber cambiado la ley a tiempo. Y no vale con eso. Hay que profundizar un poco más. No olvide que esos políticos están ahí porque alguien los ha votado. Ahora toca que seamos un poco autocríticos con nosotros mismos. A estos políticos, y a los otros, los hemos votado usted y yo. Por tanto, todos somos culpables. Las manifestaciones de ahora son pataletas de niño pequeño. A partir de hoy, ya sabe lo que tiene que hacer con su voto. Alea jacta est! (la suerte está echada, para los de la LOGSE).
Piensen.
Sean buenos.Ayer falleció mi admirado Lou Reed. Permítanme que la canción regalo de hoy no sea de
U2, sino del genial artista neoyorkino. La elegida es: Perfect day, RIP Lou.