No puedo sacarme de la cabeza la tragedia de Madrid Arenas. Me pongo en la situación de los padres: tu hija te pide ir a una macrofiesta, te lo piensas y repiensas, aunque no te guste, va con sus amigos, se lo va a pasar bien... y al día siguiente está muerta. Tanto dolor por una negligencia humana, por no prever las cosas, por anteponer el bolsillo a la seguridad de las personas. Y por mucho que pueda sentir el dolor de los familiares, seguro que es infinitamente lejano. Sin más palabras. Hay sucesos que te crean rabia e impotencia, y este es uno de ellos.