Y después cogimos el coche y rumbo al Pameral, ya sabeis, un parque que hay en Alicante, del que os he hablado en multitud de ocasiones y que nos encanta. Un poquito de paseo, de columpios, de fútbol, y un poquito de tapeo.
Hacía un día estupendo, con una chaquetilla ibas divino, no hacía falta el abrigo, el mar estaba precioso.
Y como siempre acabamos tapeando en el kiosko que por cierto la comida es divina.