Algo se "cuece" a marchas forzadas invisibles y de forma alarmante en Rep. Dominicana cuando se pretenden acallar voces, despejar observadores y desviar las miradas sobre un problema que puede afectar a la isla en su conjunto territorial y a su única sobresaliente industria hotelera,
violencia vecinal entre haitianos y a bundantes las uniones entre esos vecinos naturales que comparten la isla, y en la actualidad son los muchos casos de y dominicanos que se circunscriben y los distancian a comentarios en la prensa con evidentes muestras de rechazo, en la televisión que los omite, margina y en los corrillos de los saturados colmadones y drinks, con una música a todo volumen que suelen cubrir los improperios, insultos, gestos y miradas de castigo que se destinan unos a otros.
El terremoto del 12 de Enero de 2010 en Haití supuso un durísimo mazazo para un pueblo que ya sufría consecuencias devastadoras en su maltrecha economía doméstica, y que todo hay que decir, el primero que lo auxilió fue la República Dominicana, ofreciendo medicinas y asistencia hospitalaria, permitiéndoles el paso de los puestos fronterizos con documentos de estancia prolongada, tantos que por no decir todos, allí se quedaron, en el otro lado de los 376 km que separan un país del otro.
Y otro dato a tener en cuenta que al parecer no se tiene presente en los gabinetes de asesoramiento y mediación entre el gobierno y el conglomerado empresarial, que desde hace demasiado tiempo analiza los puntos fuertes y débiles que tiene Punta Cana : el 85% de la población es haitiana, mucha camuflada, mezclada, compartida y bautizada, y la inmensa mayoría trabaja para la industria hotelera regida por la inversión española. Y tristemente, en El Hoyo de Friusa, nos consta que están surgiendo algo más que lamentos y gritos de rebeldía contenida, lo que hace que las bandas empiecen a no tener miedo alguno a trapichear y expender sin ocultarse la maldita droga, a chantajear, amedrentar y amenazar a comercios de la zona, facilitando protección en clara competencia con las empresas de seguridad, limitándose por el momento a pequeños residenciales y "hosteles" que regentan, y no precisamente con escopetas del calibre 12, siendo la pistola Glock con cargador de 17 tiros la preferida, al igual que lo fueron los celulares de última generación. Unas armas suministradas por el incesante contrabando y compadreo con las mafias de Puerto Rico, que han podido comprobar que mejor ahora que nunca es la ocasión de tentar al diablo dormido y ebrio de un ron barato.
República República Dominicana / Superficie : 48,670 Km.2