Dominicanos y haitianos condenados a entenderse obligados o por méritos propios

Publicado el 09 febrero 2018 por Solitarios Invisibles @belzinvisible

Algo se "cuece" a marchas forzadas invisibles y de forma alarmante en Rep. Dominicana cuando se pretenden acallar voces, despejar observadores y desviar las miradas sobre un problema que puede afectar a la isla en su conjunto territorial y a su única sobresaliente industria hotelera, especialmente la española, en puntos clave de explotación turística como es el destino de Punta Cana por citar un ejemplo. Nos estamos refiriendo a que el descontrol, la falta de interés del gobierno dominicano por la cuestión migratoria aposentada ya a través de una invasión muda y concurrida durante años, está haciendo que el exceso de la población flotante haitiana empiece a marcarse en los programas de respuesta como el inicio de lo que se esperaba verlas venir como una preocupación latente, ante un problema de un hecho ineludible y corroborado, que a la corta puede acarrear inevitables enfrentamientos, lo que creará un "apartheid" entre gentes del mismo color y una raza blanca predominante como espectadora interesada en procurar que nada suceda a costa de cualquier medio.. y precio, para que sigan prevaleciendo los negocios asentados frente a las aguas de un Caribe envidiado que puede sufrir uno de sus peores huracanes sociales.

violencia vecinal entre haitianos y a bundantes las uniones entre esos vecinos naturales que comparten la isla, y en la actualidad son los muchos casos de y dominicanos que se circunscriben y los distancian a comentarios en la prensa con evidentes muestras de rechazo, en la televisión que los omite, margina y en los corrillos de los saturados colmadones y drinks, con una música a todo volumen que suelen cubrir los improperios, insultos, gestos y miradas de castigo que se destinan unos a otros.

El terremoto del 12 de Enero de 2010 en Haití supuso un durísimo mazazo para un pueblo que ya sufría consecuencias devastadoras en su maltrecha economía doméstica, y que todo hay que decir, el primero que lo auxilió fue la República Dominicana, ofreciendo medicinas y asistencia hospitalaria, permitiéndoles el paso de los puestos fronterizos con documentos de estancia prolongada, tantos que por no decir todos, allí se quedaron, en el otro lado de los 376 km que separan un país del otro.

El gran problema se centra en los 11.100.000 haitianos que malviven en casi la mitad de la superficie que tiene Rep. Dominicana, y que aspira a que las negociaciones para unificar la isla progrese bajo el amparo de estadounidenses, franceses y canadienses. Una idea que tiene rechazos contundentes por parte de las esferas de dominio dominicanas, que son secundadas por las inversiones españolas que no han dejado de florecer en la isla, ya que resulta imprevisible lo que puede suceder, y es posible que así suceda, en un escenario que albergaría los casi 22.000.000 millones de personas, sin añadir los apátridas, indocumentados y los que última y sistemáticamente son deportados por USA, que ya han empezado a notarse al dirimir sus diferencias a golpe de pistola y machete, y en el mejor de los casos estampando en la cabeza botellones de cerveza Presidente.

Y otro dato a tener en cuenta que al parecer no se tiene presente en los gabinetes de asesoramiento y mediación entre el gobierno y el conglomerado empresarial, que desde hace demasiado tiempo analiza los puntos fuertes y débiles que tiene Punta Cana : el 85% de la población es haitiana, mucha camuflada, mezclada, compartida y bautizada, y la inmensa mayoría trabaja para la industria hotelera regida por la inversión española. Y tristemente, en El Hoyo de Friusa, nos consta que están surgiendo algo más que lamentos y gritos de rebeldía contenida, lo que hace que las bandas empiecen a no tener miedo alguno a trapichear y expender sin ocultarse la maldita droga, a chantajear, amedrentar y amenazar a comercios de la zona, facilitando protección en clara competencia con las empresas de seguridad, limitándose por el momento a pequeños residenciales y "hosteles" que regentan, y no precisamente con escopetas del calibre 12, siendo la pistola Glock con cargador de 17 tiros la preferida, al igual que lo fueron los celulares de última generación. Unas armas suministradas por el incesante contrabando y compadreo con las mafias de Puerto Rico, que han podido comprobar que mejor ahora que nunca es la ocasión de tentar al diablo dormido y ebrio de un ron barato.

De República Dominicana oiremos poco a partir de ahora, la brisa correrá y seguirá siendo un misterio inescrutable, que es parte del acuerdo para salir ileso de quienes han informado sin conocer todavía cuál será su destino, pero es beneficioso para los muchos haitianos y dominicanos afortunados que nos siguen por disponer de un medio para leernos, que la importancia de lograr la paz que se rompe en pedazos, mitigar el dolor que produce el temor y el hambre, comienza por no sucumbir ante esos grupos de organizados malandros y conspiradores, alentados por intereses ocultos que juegan con la convivencia ajena y el mayor de los desencantos, la falta de confianza en sus lideres.

República República Dominicana / Superficie : 48,670 Km.2