- ¡Hola! ¿Te gusta el sitio?
- Yo no lo hubiera elegido, pero como no hablaste conmigo primero.
- Bueno, es un sitio en el que tienen pocas cosas, pero de calidad.
- Esa es la fama, pero la realidad es que ya no es lo que era. Estos sitios siempre empiezan igual, te ofrecen calidad a un precio razonable y cuando han cogido fama, se echan a dormir. Conozco yo al pescadero que les suministra y no pienso pedir pescado.
- Si quieres vamos a otro sitio.
- No, déjalo, ya no vale la pena. Si me hubieras preguntado antes, te habría recomendado varios sitios. No muchos, pero unos cuantos ya conozco. Son muchos años saliendo a comer y a cenar por ahí.
- Y ¿Qué te parece la idea de estas entrevistas?
- Una estupidez, perdona que te lo diga. Pero como a ti te va el rollo ese intelectual. Además para conocer a la gente no basta una entrevista comiendo. Hay que estar con la gente día a día y mamar sus problemas, sus miserias, sus ignorancias Lo que yo tengo visto, da para varios libros. Porque invites a comer a alguien y charles un rato no vas a descubrir la pólvora.
- Por supuesto que no, yo sólo quiero hacer una ligera semblanza de distintos personajes característicos.
- Para eso no necesitas ir a comer con nadie. Te pones a escribir y punto, si supieras escribir, claro. Yo sí te podría hacer una serie de artículos describiendo las miserias humanas.
- ¿Incluidas las tuyas?
- ¿Ves como no eres inteligente? Hay que saber escribir entre líneas. Yo estoy muy por encima de eso. La vida me ha enseñado mucho. Tengo mucho visto yo. Si yo te contara, que no te contaré porque entonces sabrías tanto como yo.
- Pero supongo que te equivocarás alguna vez, como cada hijo de vecino.
- Yo no me equivoco nunca. Puede que alguna vez, muy pocas, no vea algo a la primera, pero a la segunda no se me escapa nada. La gente lo único que quiere es aprovecharse de ti. Son como vampiros, te chupan la sangre, el dinero o la energía, lo que vean que te sobra.
- Entonces a ti, te chuparán la inteligencia, supongo.
- Hay que ser más listo que la gente. Yo les veo venir de lejos y sé defenderme.
- Y puesto que te supongo gente. ¿Qué vampirizas tú?
- Yo ya he aprendido todo lo que había que aprender. Ahora me dedico a corroborar lo aprendido. Es reconfortante comprobar que no te equivocas.
- Debe ser muy aburrido tratar con gente tan mediocre comparada contigo.
- Hay más gente inteligente, poca, y enseguida nos reconocemos. Con el resto, me divierto mucho viendo sus reacciones. Reacciones que yo mismo provoco y veo como entran al trapo. Es divertido.
- ¿Pedimos?
- Déjame elegir el vino. Tengo que reconocer que no tienen mala bodega.