Viña Concha y Toro
Don Melchor 2006
96% Cabernet Sauvignon – 4% Cabernet Franc
14,5% Grad. Alc.
Puente Alto, Chile
Aprovechando el rico frio que hay por las noches en esta época por aquí, al sur brasileño, decidimos que le llegó la hora al Don Melchor, en este caso el 2006, el top de la casa Concha y Toro en lo que se refiere a la uva cabernet sauvignon (con la uva carménère el top es el Carmín del Peumo), vino el cual ya estábamos por descorcharlo desde hace algún tiempo.
A la vista, es de un profundo color negro, con bordes ligeramente ocres; de capa alta, lágrimas intensas. En nariz, suave sensación a afrutada a moras y casis, se percibe algo de chocolate, algo como a cuero, pero todas son sensaciones suaves aunque duraderas. En boca, es corpulento, carnoso, muy elegante, de taninos muy estructurados, lo afrutado se refrenda, y hay una sensación constante a cacao. De final largo, retrogusto acaramelado, como a toffee, y también como a tierra tierna húmeda.
Vaya elegancia que derrocha este tinto; mientras lo degustábamos conversábamos que lo que hasta ahora teníamos como concepto de elegancia pasó a un segundo nivel, a partir de ahora cambió. El caldo tiñe las paredes de las copas demorando algo en caer por éstas. En la fase olfativa no fue explosivo, sorprendió que fuese tan delicado pero sí persistente y duradero. Tiene mucho volumen en boca y sus taninos están perfectamente equilibrados; es un caldo aterciopelado el cual disfrutamos más en la fase gustativa y visual que en la olfativa.
Aquí no existe rpc simplemente porque no es un vino para el cotidiano por su elevado precio, más todavía en nuestro caso que estamos en Brasil: aquí cuesta alrededor de US$ 200, o sea RS 399, imposible de comprarlo aquí, aunque curiosamente las cosechas más antiguas ya se agotaron y en la actualidad se encuentra solamente el 2008, o sea que aún siendo muy caro en Brasil hay gente que paga sus 200 cocos. Ya afuera de las fronteras brasileñas este ejemplar se adquiere a US$ 55, o sea RS 110, igual sigue siendo caro para el cotidiano, pero mucho mejor que al precio ofrecido por estos lares, inclusive más barato que en Lima. Es de los que se debe conocer y experimentar una vez por año, o por lo menos alguna vez en la vida. ¡Vinazo!