Se cumple también un siglo desde que la céntrica vía pública lleva su nombre, aprobado con motivo del fallecimiento de este hijo adoptivo de Cáceres. El barrio y la calle que llevan su nombre le recordarán a los 100 años de su muerte.
La fotografía es hermosa. Está hecha en 1912 por la revista 'Mundo Gráfico', que quería ilustrar la noticia de que el escultor Mariano Benlliure estaba terminando el busto de don Segismundo Moret, poderoso político y empresario que tiene una amplia relación con Cáceres. En la imagen, el escultor está junto a su obra y en la tarima posa un Segismundo Moret de poblada barba blanca. A sus pies se encuentra un amigo, el diputado liberal granadino Natalio Rivas, que sostiene un perro propiedad del escultor.
Unos meses después de esta fotografía moría don Segismundo Moret y Prendergast. Falleció el 28 de enero de 1913. En este 2013 se cumple el centenario de la muerte de este hombre al que tanto le debe el progreso de Cáceres. Por ese motivo el barrio y la calle que llevan su nombre preparan sendos homenajes, para que los cacereños de la actualidad le conozcan mejor.
De raíces catalanas e inglesas, Segismundo Moret nació en Cádiz (según unas fuentes en 1833 y según otras en 1838) por estar destinado en esa ciudad su padre, que era un alto empleado del Ministerio de Hacienda. Al poco de nacer, su familia se traslada a Madrid, ahí estudia el bachillerato y la carrera de Derecho, en cuya facultad comenzó a dar clases de Economía Política y Hacienda Pública.
Elegido diputado nacional por Almadén (Ciudad Real), con 25 años pronunció su primer discurso en el Congreso de los Diputados.
Fue un brillante orador y hábil político que en 1875 fundó el Partido Democrático-Monárquico, que luego se fusionó en Izquierda Dinástica para terminar en el Partido Liberal de Sagasta.
Tuvo numerosos cargos políticos: Durante el reinado de Amadeo I fue ministro de Ultramar y de Hacienda; en el reinado de Alfonso XII, ministro de Gobernación; en la regencia de María Cristina, ocupó el cargo de ministro de Estado, también de Fomento, de Gobernación y Ultramar; y con Alfonso XIII fue ministro de Gobernación, presidente del Consejo de Ministros y presidente del Congreso de los Diputados de España. Defendió la abolición de la esclavitud e intentó evitar la guerra con Estados Unidos en el conflicto de Cuba. En 1871 fue embajador en Londres y estaba muy vinculado con el Ateneo de Madrid, que presidió en tres etapas: 1884-1886, 1894-1898 y 1899-1913. Murió siendo presidente del Ateneo.
Esteban Cortijo, presidente del Ateneo de Cáceres y biógrafo de Mario Roso de Luna (Logrosán, 1872- Madrid, 1931), comenta que Moret y Roso de Luna eran amigos personales, los dos eran masones y compartieron una candidatura al Ateneo de Madrid. Es de suponer que muchas veces hablarían de la riqueza minera de Cáceres.
El Segismundo Moret empresario se interesó por el descubrimiento que en 1864 tuvo lugar en la zona del Calerizo de Cáceres, cuando Francisco Lorenzo y Diego Viviano analizaron las blancas piedras del lugar y comprobaron que estaban ante una rica mina de fosfato. Dionisia Gómez Amelia, en su tesina sobre Aldea Moret que presentó en 1975, comentaba que Moret compró prácticamente la totalidad de las minas hacia 1870. Segismundo Moret fue el administrador de la Sociedad General de Fosfatos de Cáceres creada en 1876 y él impulsó el poblado minero que se construyó entre 1875 y 1880.
El mineral se llevaba en carros de tracción animal a Mérida. De allí iba a Lisboa y en barco llegaba a Inglaterra en donde era refinado. Moret utilizó sus importantes influencias para que el tren llegará a Cáceres. De esta manera logró aumentar sus ganancias, pero también fomentar una industria que supuso impulsar a Cáceres. Dionisia Gómez señalaba en su estudio que de las minas de Aldea Moret llegaron a vivir 600 familias. Las explotaciones se cerraron en 1958 al ser más barato el mineral importado del Sáhara.
La polémica
Antonio Rubio Rojas (cronista de esta ciudad fallecido hace dos años), contaba que la muerte de Moret fue motivo de una polémica en el pleno que tuvo lugar el 8 de febrero de 1913. Algún concejal lamentó el no haber asistido al multitudinario funeral una representación de Cáceres, ya que Moret había sido nombrado hijo adoptivo de la ciudad. Estuvieron de acuerdo en enviar un telegrama de condolencias a sus familiares y en cambiar el nombre de la calle de la Corte o de Cortes por el de Calle Moret, lo que significa que esta vía ha cumplido ahora 100 años con esa denominación. Pero el desacuerdo llegó cuando el concejal Gómez Saucedo dijo que había que celebrar funerales por el eterno descanso del alma del finado, costeados por el municipio. Se adhirieron a la idea los ediles Lasso y González Álvarez, pero protestó el concejal La Riva que era partidario de emplear el dinero del funeral en una comida para los pobres de Cáceres, «que agradecidos se encargarían de rezar por el alma del finado». Después de una ardua discusión se decidió organizar funerales, y «si fuera posible dar una comida gratis a los pobres de la ciudad». Casi seguro que se quedaron sin comida.
Fuente: hoy.es/Sergio Lorenzo - Cáceres Compartir