España es un país rico. O lo era. “Puede contener trazas de esplendor”. Esta leyenda debería figurar en la etiqueta de todos los discursos y debates de la marca España. Parece mentira que en la tierra del Cervantes universal, tanto como su rico lenguaje, haya triunfado una sencilla receta de cocina: “Reducción al Blablablá”. Está haciendo furor. Nada tiene de extraño, ahora somos una potencia del fogón. Las conquistas se llevan a cabo a través de la boca o del estómago (aquí tenemos mucho) y los galones de nuestros generales están hechos de estrellas Michelín. La salsa se sirve en cualquier supermercado mediático.
Parte de su éxito se debe a que liga bien con platos muy distintos pero que tienen en común componentes básicos: Precampaña Electoral, Campaña Electoral y Rechazo Miserable a Propuesta de Investidura, entre otros. Con este último conviene abusar de la reducción. En la actualidad dudo entre presenciar un debate televisivo o una peli de turno tipo Chuck Norris y demás clones que reparten estopa hasta en las pausas publicitarias. El mensaje viene a ser el mismo. Alguna cadena de televisión ha incluido en el decorado del plató un papagayo, cotorra o cacatúa que aporte alegre colorido al espacio. A fuerza de escuchar la voz de su amo el pájaro ha compuesto su particular traviata y no se apea de ella para martirio del espectador: “grr, venezuela venezuela, maduro maduro, irán irán…grr, la cup la cup, terrorista terrorista, etarra etarra…grr, dí sí o no, dí sí o no…grr”. Lo más triste es que en lugar de jaula le han dado un asiento. Imagino que es el tributo a pagar para mantener abierto el programa.
Inda es el Don Pepino del periodismo, allá donde lo coloques todo sabe a pepino porque su gusto es invasor y aniquila el resto de sabores y lo peor es que repite, repite, repite. Aun después de haberlo evacuado sigue repitiendo. Te sale un eructo y sabe a pepino, es increíble. La única solución es dosificarlo o tomarlo con salsa de zapping. Parece el conejo de Duracell, dura, dura y dura. En el tiempo que Inda tarda en hacer un “solo de disparates” aparece un nuevo y honrado imputado, amante de las gaviotas y del país que saquea. Esto también repite repite repite. El partido que más tiene ha maniobrado para que se llame investigado. Grr..pp pp, imputado imputado, canta mi loro.
El traje dialéctico de los políticos de raza o razia está confeccionado con paños de Hoja de Ruta, Poner en valor, Altura de miras, Constitución, Diálogo, Haremos lo que tengamos que hacer, Romper España, Asumir responsabilidades. Para que nos hagamos una idea de la calidad de los materiales el Altura de miras, por ejemplo, está tan conseguido que da vértigo o mareo cuando un responsable se pone el traje de Afrontar la realidad. La materia prima del Hoja de ruta procede directamente de los Cerros de Úbeda. En honor a la verdad el traje, una vez acabado, viste bien y el conjunto da un aspecto demócrata impecable, de aquí mando yo, la calle es mía y lo que dicen los demás es mentira. Políticos pepino.
Duela, escueza o pique, la única formación política que habló claro y ha propuesto una salida para conformar un gobierno con independencia de las formas y reformas está siendo tachada de irresponsable, chantajista, busca sillones. Y de todo lo que dice Don Pepino. A ver si los piojosos se visten como hay que vestir, de una puñetera vez.