Antes de que se acabe su día, he aquí un homenaje a la Inmaculada Concepción, una ponderación de su pureza. Eso sí, con un poco de humor.
La virgen María es muy pura, tan pura que un cura que daba misa no sabía cómo explicar lo pura que era, hasta que fijó sus ojos en doña Virtudes y así se dirigió a la concurrencia:
"Os podría comparar a la virgen María con doña Virtudes, sentada aquí, en primera fila. Todos la conocéis, 70 años sin conocer varón ni en pensamiento, dedicando todo su tiempo a los pobres, rezando al alba y al rosario, dando todo su dinero a la iglesia, sin quejarse, con devoción."Pues bien, queridos míos, ¡doña Virtudes es una hija de la gran puta comparada con la virgen María!"