Las elecciones midterm de 2022 nos dejan varias conclusiones interesantes. Donald Trump salió victorioso de la noche electoral con al menos 223 candidatos republicanos respaldados por él que ganaron sus carreras y sólo 22 derrotas. Todavía quedan resultados por conocer, de modo que estos datos podrían ampliarse positivamente. Gracias a sus respaldos, los republicanos han obtenido 6 millones de votos más que los demócratas. Trump ha reafirmado así su liderazgo como el "hacedor de reyes" en el Partido Republicano y su líder indiscutible. Estas elecciones han consolidado y ampliado el apoyo ciudadano hacia el movimiento America First.
Fue una buena noche de éxitos para los candidatos republicanos MAGA de Trump, aunque algunos de ellos no pudieron ganar porque se enfrentaron a algo más que a sus contrincantes, debieron hacer frente a numerosos fraudes electorales, que ya están siendo investigados y expuestos.
Aunque los medios de comunicación progres, los RINOs y los que cambian de opinión en cuanto el viento cambia de dirección, tratan de menospreciar la victoria conservadora y erosionar a Trump para deshacerse de él, la realidad es que el Partido Republicano tuvo importantes victorias. Es cierto que los fraudes detectados impidieron que el éxito fuera masivo, pero eso sólo debe motivarnos para seguir luchando por la integridad electoral como una prioridad absoluta.
A pesar de todo, el fraude en curso en algunos estados, pone en peligro todo lo ganado si no conseguimos ganar al menos una de las carreras que siguen en disputa, con la posibilidad real de perder la Cámara de Representantes. Aunque tal y como van los recuentos de votos, lo más probable es que logremos la mayoría con al menos 220 escaños. El Senado quedará en manos demócratas dos años más merced a la "victoria" fraudulenta de Catherine Cortez Masto en Nevada, donde las máquinas de votación han vuelto a fallar y el recuento manual ha estado lleno de irregularidades. Una lástima que los fraudes estén alterando el deseo de los ciudadanos.
De acuerdo a los datos recopilados por la organización True the Vote, que usaron la geolocalización, han identificado una cantidad asombrosa de traficantes de papeletas que entregaron votos ilegales en estados clave como Arizona (donde prosigue el recuento), Georgia (que irá a una segunda vuelta en diciembre), Michigan, Pennsylvania y Wisconsin.
Apenas empezó el día de votaciones, ya vimos que los demócratas habían preparado una batería de errores en el sistema para amañar los resultados allí donde tienen poder. Basten unos pocos ejemplos. Las máquinas de votación electrónicas fallaron. Los tabuladores fallaron. El papel para votar se acabó en muchos sitios. La configuración de las impresoras era incorrecta. La entrada de miles de votos fraudulentos fuera de fecha y horario cuando algunos candidatos demócratas ya iban perdiendo, resultó bochornoso. Todo es tan obvio que hasta el más idiota puede darse cuenta de que el sistema de votación en los estados y condados donde ejercen control los demócratas estaba amañado. De hecho, el fraude de las máquinas de votación electrónica durante las midterm era tan evidente y corrupto que incluso los medios corporativos se vieron obligados a admitir que no funcionaban en todo el país.
Acababa de empezar el día y las máquinas de votación ya habían dejado de funcionar en el condado de Maricopa, Arizona, el condado de Mercer, New Jersey y el condado de Bell, Texas, sólo por citar tres casos destacados.
A esto debemos añadir los miles de papeletas de votos falsos en ausencia por correo que los demócratas han incorporado fuera de plazo y volcado sobre candidatos suyos para que ganaran. Veamos algunos datos más: la votación en persona entre los 18 y los 29 años fue la mitad de lo que es normalmente. He aquí otro de los focos donde los demócratas han cimentado esta vez su fraude. Nos quieren hacer creer que este grupo de edad, que generalmente no vota demasiado en las elecciones midterm, no sólo votó sino que participó en cantidades masivas el día de las elecciones. Más bien todo indica que las mulas demócratas que habitualmente trafican con votos, algo que está documentado y probado, sabiendo que este grupo de jóvenes no iba a votar, imprimieron papeletas a sus nombres y los depositaron por ellos en el correo. Las máquinas electrónicas y los votos en ausencia han sido los ejes del fraude en estas midterm que han permitido que candidatos que no estaban ganando y que iban a perder, hayan salido "ganadores", como John Fetterman en Pennsylvania, al que le adjudicaron más del 82% de los votos en Filadelfia, o Gretchen Whitmer en Michigan, donde ha habido tantas irregularidades que huele a fraude desde el vecino Wisconsin. También están intentando hacerle fraude a la candidata republicana Kari Lake en Arizona, donde los fallos en el condado de Maricopa y el volcado de miles de votos falsos para los demócratas avergüenzan a todo el país. En las últimas horas, se han descubierto papeletas de votos para los republicanos que se suponía que debían contarse después de que fallaron los tabuladores y terminaron mezcladas con papeletas que ya estaban contadas. Kari Lake ha expresado muy bien lo que sucede: "Nuestras elecciones son un circo dirigido por un grupo de payasos".
En Georgia el fraude es colosal. Walker estaba ganando durante toda la noche y había tomado la delantera cuando se arrojaran 120.000 votos sobre el demócrata Warnock que ningún otro demócrata en el estado ganó. 120.000 votos sólo para Warnock justo después de que Warner tomara la delantera. ¿Cómo se les queda el cuerpo ante este fraude descarado para robar la elección?
La contradicción y el fraude quedan expuestos si vemos las gráficas de voto con objetividad. Los demócratas "ganaron" porque los votantes de 18 a 29 años votaron mucho por ellos. Esa es la explicación oficial. Pero la participación entre ese grupo en la votación anticipada bajó un 50% y sólo representan el 10% del electorado. Además, el Partido Republicano obtuvo el 39% del voto hispano. En Nueva York, el candidato republicano Lee Zeldin estaba empatado con Kathy Hochul en la carrera por la gobernación y luego las máquinas de votación se apagaron convenientemente en el condado de Suffolk el día de las elecciones.
Todos los mapas electorales muestran los movimientos de votos hacia los republicanos y demócratas condado por condado, y se ve claramente el fraude cometido en Michigan, Pennsylvania, Georgia, Nueva York, Arizona... Los datos no tienen sentido y son imposibles a menos que haya miles de votos fraudulentos. Condados enteros donde ganan candidatos demócratas cuando son republicanos. Ningún sentido a menos que haya fraude descarado.
Entonces, ¿cómo demonios es posible? Obvio, no es posible. Es un fraude electoral de manual. Ya saben, si parece un pato, anda como un pato y grazna como un pato, lo más seguro es que sea un pato.
Ha habido trampas masivas otra vez en Nevada, Arizona, Nueva York, Pennsylvania, Georgia, Michigan... Y no las ha habido en Florida porque se han implementado medidas para velar por la integridad electoral. Eso ha permitido que Ron DeSantis, respaldado por Trump, haya sido reelegido como gobernador de forma aplastante.
A pesar de todo, la buena noticia es que los candidatos MAGA de Trump han recuperado la Cámara de Representantes (si los fraudes en curso no lo evitan). Es una victoria sobre los demócratas y sobre algunos de sus fraudes electorales descarados. No es una victoria perfecta, pero hemos avanzado. Debemos quedarnos con las victorias importantes de Ron DeSantis y Marco Rubio en Florida, Harriet Hageman en Wyoming, Ted Budd y Marjorie Taylor Greeen en Carolina del Norte, JD Vance en Ohio, Greg Abbott, Ken Paxton y Mónica de la Cruz en Texas, la muy probable de Kari Lake en Arizona; Ron Johnson en Wisconsin, George Santos en Nueva York, Adan Laxalt y Joe Lombardo en Nevada, John James en Michigan, Young Kim en California, Michael Lawler en Nueva York, Lauren Boebert en Colorado...
Y, por supuesto, con el liderazgo que ha demostrado y revalidado Donald Trump al conseguir un altísimo grado de apoyo ciudadano con sus candidatos respaldados que han ganado y vencido todo tipo de dificultades, fraudes incluidos.
Los intentos de los medios de dividir al Partido Republicano enfrentando a Trump y DeSantis, sólo puede ser derrotado de nuevo popr Trump, que necesita unificar el voto republicano para ganar en 2024.