- Ellospreguntaron: “¿Podemos ayudarte a encontrarla?”.- Élrespondió: “Me encantaría”.Así quetodos se pusieron de rodillas y comenzaron a correr sus dedos por la hierba.A medida queel sol se ponía más caliente, uno de los discípulos más inteligentes dijo: -“Maestro, ¿tienes alguna idea de dónde perdiste la llave?”. - El Maestrocontestó: “Por supuesto. La perdí en la casa”.- A lo quetodos exclamaron: “Entonces, ¿por qué la buscamos aquí afuera?”.- Él dijo:“¿No es obvio? Aquí hay más luz”.- - - - - - - - - -Cuando T.Keating cita este relato antiguo en su genial librito “La condición humana”,termina añadiendo:“Todos hemosperdido la llave de nuestra casa. Ya no vivimos allí. No experimentamosen nuestro interior la presencia de DiosÖ En esta parábola, la casa representala felicidad y la felicidad es la intimidad con Dios, la experiencia de lapresencia amorosa de Dios”.En elevangelio de hoy aparece la primera vez que el Señor se dirige a usted y a mí,cuando nos ve siguiéndolo. Las palabras son:“¿QUÉBUSCAN?”Creo quepuedo hablar por usted cuando respondo: “Señor, yo estoy buscando ser feliz”,porque, en el fondo eso es lo que todos deseamos. Lo que nos diferencia es elcómo.Conozco auna persona que, lamentablemente, está buscando ser feliz del modo equivocado.Ella no tiene tiempo para el Señor, porque “tiene demasiado trabajo” buscandoganar más y más dinero, mucho más del que necesita realmente.Pero no seda cuenta. Ella no tiene trabajo, el trabajo la tiene a ella.Conozco aotro para quien su vida social es lo primero. Eso es lo que lo hace“importante”, y cree que la forma de ser feliz es ser importante.Buscar lafelicidad en tener mucho dinero o ser importante socialmente es buscar la llaveen la grama. Nunca la encontrará por- que no es allí que está.LA PREGUNTA DE HOY¿Qué puedeesperar quien se acerca alSeñor enactitud de búsqueda?Conozcopersonas que han decidido buscar al Señor por encima de cualquier “cosa”. Elloshan encontrado tres tesoros: 1. Amorincondicional.Sea cual seasu situación, el Señor los ha acogido aún más amorosamente que una madre; losescucha, los comprende, y les da Su paz.2.Orientación y guía.Para saberqué hacer y, además, tener fuerza para hacerlo. (Sabiduría y fortaleza).3.Seguridad.En unarelación de amistad con Jesucristo, no solo nuestra vida adquiere sentidopleno, sino que tenemos la garantía de compañía permanente y de vida eterna. “El que creeen Él no muere, sino que tiene vida eterna” (Juan 3, 16)“Soloexisten dos clases de personas razonables: Lasque sirven a Dios de todo corazón porque le conocen y las que le buscan de todocorazón porque no le conocen”. Blaise Pascal Por Luis García Dubus | Santo Domingo | Listin Diario |
- Ellospreguntaron: “¿Podemos ayudarte a encontrarla?”.- Élrespondió: “Me encantaría”.Así quetodos se pusieron de rodillas y comenzaron a correr sus dedos por la hierba.A medida queel sol se ponía más caliente, uno de los discípulos más inteligentes dijo: -“Maestro, ¿tienes alguna idea de dónde perdiste la llave?”. - El Maestrocontestó: “Por supuesto. La perdí en la casa”.- A lo quetodos exclamaron: “Entonces, ¿por qué la buscamos aquí afuera?”.- Él dijo:“¿No es obvio? Aquí hay más luz”.- - - - - - - - - -Cuando T.Keating cita este relato antiguo en su genial librito “La condición humana”,termina añadiendo:“Todos hemosperdido la llave de nuestra casa. Ya no vivimos allí. No experimentamosen nuestro interior la presencia de DiosÖ En esta parábola, la casa representala felicidad y la felicidad es la intimidad con Dios, la experiencia de lapresencia amorosa de Dios”.En elevangelio de hoy aparece la primera vez que el Señor se dirige a usted y a mí,cuando nos ve siguiéndolo. Las palabras son:“¿QUÉBUSCAN?”Creo quepuedo hablar por usted cuando respondo: “Señor, yo estoy buscando ser feliz”,porque, en el fondo eso es lo que todos deseamos. Lo que nos diferencia es elcómo.Conozco auna persona que, lamentablemente, está buscando ser feliz del modo equivocado.Ella no tiene tiempo para el Señor, porque “tiene demasiado trabajo” buscandoganar más y más dinero, mucho más del que necesita realmente.Pero no seda cuenta. Ella no tiene trabajo, el trabajo la tiene a ella.Conozco aotro para quien su vida social es lo primero. Eso es lo que lo hace“importante”, y cree que la forma de ser feliz es ser importante.Buscar lafelicidad en tener mucho dinero o ser importante socialmente es buscar la llaveen la grama. Nunca la encontrará por- que no es allí que está.LA PREGUNTA DE HOY¿Qué puedeesperar quien se acerca alSeñor enactitud de búsqueda?Conozcopersonas que han decidido buscar al Señor por encima de cualquier “cosa”. Elloshan encontrado tres tesoros: 1. Amorincondicional.Sea cual seasu situación, el Señor los ha acogido aún más amorosamente que una madre; losescucha, los comprende, y les da Su paz.2.Orientación y guía.Para saberqué hacer y, además, tener fuerza para hacerlo. (Sabiduría y fortaleza).3.Seguridad.En unarelación de amistad con Jesucristo, no solo nuestra vida adquiere sentidopleno, sino que tenemos la garantía de compañía permanente y de vida eterna. “El que creeen Él no muere, sino que tiene vida eterna” (Juan 3, 16)“Soloexisten dos clases de personas razonables: Lasque sirven a Dios de todo corazón porque le conocen y las que le buscan de todocorazón porque no le conocen”. Blaise Pascal Por Luis García Dubus | Santo Domingo | Listin Diario |