Para nuestra ruta por la República Checa elegimos Praga como ciudad base. Decidimos elegir un alojamiento en Praga y desplazarnos desde allí a otras ciudades como Czesky Krumlov o Karlovy Vary porque las distancias no eran tan grandes como para tener la molestia de desplazar el equipaje de un lado a otro (igual que hicimos en Bélgica).
Volamos con Czech Airlines (vuelo operado por Iberia) hasta Praga Ruzyně situado a tan sólo 10 kilómetros de la ciudad. Hay varias opciones para llegar hasta el centro, la más económica es el tren, pero como nosotros éramos 4 decidimos contratar un servicio de transfer que tenía el apartamento que alquilamos para esos días.
Por 25 € nos recogían en el aeropuerto y nos dejaban en la misma puerta, todo un lujo si tenemos en cuenta que el apartamento no está precisamente cerca del tren y el metro quedaba a unas cuantas calles. Íbamos un poco temerosos por aquello de meterte en un coche de un desconocido, pero a día de hoy volvería a hacerlo, es muy recomendable, muy rápido, y si te toca el mismo conductor que a nosotros se te hará muy ameno el trayecto. Podéis pagarlo tanto en euros como en coronas.
El apartamento que elegimos fue el Royal Boutique Residence (calle Retezova 3), a tan solo 5 minutos del reloj astronómico y el puente Carlos. Un apartamento de diseño moderno, amplio, limpio, en el centro de Praga (aunque al estar metido en una calle secundaria paralela tiene toda la tranquilidad y el silencio necesario para descansar plácidamente), dentro de una zona/barrio muy recomendable y seguro.
¿El precio? 486€ para 3 noches (40,5 por persona y noche).
Los chicos de la recepción son todos muy amables, ellos son los que te reservan el servicio de transfer si lo quieres también para la vuelta al aeropuerto y te muestran el apartamento nada más llegar. El apartamento tiene tanto cubertería como ropa de cama y baño. A la salida podéis dejar las maletas en recepción para que os las guarden hasta el momento de ir al aeropuerto. Todos los apartamentos tienen Wifi, la entrada se realiza a partir de las 14 y la salida hasta las 10.
Nuestro apartamento estaba en la segunda planta, lo único malo es que no hay ascensor y hay que subir las maletas a pulso por unas escaleras interminables, por tanto, recomendación: ir ligeros (o darle las maletas más pesadas al más cachas jaja).
Nuestro apartamento en concreto tenía 2 habitaciones dobles, un salón-comedor-cocina, y un baño inmenso (muy bonito durante el día, pero… por la noche imponía realmente respeto, hay una puerta un poco extraña al fondo con un cristal digna de aparecer en cuarto milenio). Realmente es de los pocos lugares en los que las fotos de la web coinciden realmente con lo que compraste.
Junto a la puerta de entrada de la residencia hay un restaurante para desayunar y comer, pero a 10 minutos hay un Tesco, ideal para comprar un par de cosas para desayunar/cenar y ahorrar algo de dinero. De todas formas en las inmediaciones hay muchísimos restaurantes y bares, no os faltaran opciones. En otro post os recomendaremos algunos lugares dónde comimos nosotros.
Como consejo, para evitar sustos con el cambio de moneda, si podéis, dejarlo pagado antes de ir allí, así pagaréis el precio que veis en la web. Nosotros pagamos al llegar al apartamento, el tipo de cambio en ese momento había subido asique nos salió un poco más caro (no mucho más), lo que si recomendamos es que paguéis en efectivo, si pagáis con tarjeta el banco puede cobraros una comisión (informaros antes de viajar de las condiciones de vuestro banco).
Dicho todo esto si alguna vez regresamos a Praga sin duda volveremos a repetir.
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