Muchos padres están convecidos de que los niños lo aprenden todo en el colegio, relegando todo el rol educativo a los maestros, echando balones fuera y quitándose la responsabilidad de formar parte del aprendizaje de sus hijos. Y es que cada vez es más frecuente escuchar frases como “para eso van a la escuela”, “ya se lo enseñarán en la escuela”….
No sólo me indigna sino que me produce temor pensar que muchos niños aprenden a mirar su entorno sólo en la escuela. Miles de excusas nos acompañan día a día: cansancio laboral, crisis, jornadas laborales extremas,…. dejando todo el peso educativo a los maestros.
¿Y en casa que les enseñamos? ¿No es tarea de los padres enseñarles la vida?
Siento deciros que SÍ es tarea de los padres enseñarles a jugar (y jugar con ellos), fomentarles el amor por los libros, experimentar con ciencia en casa, bailar, cantar, …. ayudarles a exprimir su creatividad e imaginación.
No sólo son momentos que compartimos con ellos, son momentos en los que compartimos nuestros conocimientos e inquietudes con ellos. Momentos de libertad que nos ayudan a conocernos mejor como familia, a entendernos, a divertirnos y respetarnos. La curiosidad mantiene nuestra mente viva, cuando se apaga sólo queda rutina.
El No impositivo y la falta de comunicación en casa derivan en “pequeños adultos” que llevan la misma vida que nosotros los adultos, lo único que los diferencia son los pequeños momentos de juego.
Imagen de pcc.pm
¿Habéis pensado alguna vez porque imaginan ser la princesa Disney idolatrada y no una menina de Velázquez?
Yo si, la respuesta es muy simple: su juego imitativo se basa en su capacidad de imaginar y sus vivencias o experiencias acumuladas.
Si no lo conoce es imposible que lo represente en su juego.
Los padres somos los responsables de conformar su bagaje imaginativo, de ofrecerles las herramientas para mirar y enfrentarse al mundo de otro modo. De dejarles volar en libertad o de imponerles las alas con las que aprender a volar.
¿Está de moda la “educación artística”?
Está claro que en los últimos años está en auge, dado que la demanda va en aumento. Somos muchos padres los que compartimos nuestro tiempo libre visitando un museo, disfrutando de la música en familia o en un taller de cocina.
No son modas son necesidades, cuando a nuestro alrededor se impone la frivolidad y el consumismo y eso no nos llena, se transforma en necesidad de sentir, de emocionarnos, de comunicarnos y de sentirnos libres.
…Y es que nacemos sonriéndole a la música, moviendo nuestras pequeñas manos ante las canciones que nuestros padres nos cantan, dibujando garabatos para comunicarnos, y cantando para hacernos entender.
Nacemos mostrando nuestro amor por el arte y se empeñan en apagarnos la pasión. ¿Por que? ¿Tiene sentido?
Pensadlo.