Normalmente pedimos (yo la primera) respeto a los profesionales que atienden nuestros partos, pero antes de llegar a esa petición , el respeto tiene que empezar, tiene que nacer de nosotras, las mujeres, las que parimos y las que cuenta la letanía: decidimos.
Tenemos que respetarnos a nosotras mismas:
-Debemos creer en nosotras mismas.
-Saber que nuestro cuerpo es una maquina perfectamente programada para traer vida a este mundo.-Tenemos que informarnos sin miedo, preguntar sin temer la respuesta.
-Tenemos que saber que somos adultas y dueñas de nuestro cuerpo y con toda la información sobre la mesa, podemos decidir decir SI o NO a según que cosas:
¿Sabes que puedes decidir si ponerte un enema o no?
¿Sabes que puedes decidir intentar un parto vaginal después haber tenido una cesárea?¿Sabes que puedes negarte a que el 8 estudiante en practicas te amase por enésima vez la barriga?
¿Sabes que puedes decidir que 6 tactos en las últimas 6 horas son mas que suficientes?
Una única y sencilla palabra, que puede y suele, marcar la diferencia.
Las mujeres deberíamos respetarnos también mas entre nosotras, no tirarnos al cuello de la que duda, de la que habla desde el desconocimiento o el miedo.
No criticar a la que elige una opción diferente a la que tomamos nosotras, si esta decisión no daña a nadie.
Mi hijo, en el día de la paz eligió una frase para decir en su colegio que me encanta:
-"Los hombres levantan muchos muros y tienden pocos puentes"
Tendamos mas la mano a la mujer que tenemos enfrente en lugar de levantar cada vez muros mas altos que nos separen por grupos estancos.
Tendamosle la mano de la confianza a los profesionales que van a ayudarnos a traer a nuestros hijos al mundo, pero sin levantar un muro entre ellos y nostras donde ellos queden jerarquicamente por encima y nosotras por debajo.
Tiendan ustedes señores y señoras profesionales, una mano a las mujeres que se disponen a parir y véanla como la mujer completa que es, como la mujer que quizás es usted misma, o su compañera de trabajo, su esposa, hija, hermana, madre, abuela, tía, nieta, amiga, vecina...Y no levanten un muro de indiferencia y supremacía ante ellas.