¿Dónde está el futuro?

Publicado el 29 abril 2014 por Purasvitae @PurasVitae
Canción de la legendaria banda venezolana Desorden Público que aplicaría perfectamente a una Venezuela que sufre un régimen dictatorial maquillado con dejos de democracia que se caen con apenas sudar. Esa pregunta se la hacen todos, desde los más jóvenes que se arriesgan a preguntarse dónde se ven y cómo se ven dentro de unos años hasta los no tan jóvenes que aunque puedan sentirse en los últimos años de sus vidas aun consideran que tienen chance para vivir poco más que sobrevivir.
Efectivamente ¿dónde está el futuro? Acá deberíamos tener una respuesta única, que debería ser Venezuela, que deberíamos ponerle en el altar del mañana para que con trabajo y dedicación podamos acercarnos a aquel país que siempre hemos querido que sea. Pero nada más lejos de la verdad, lamentablemente las respuestas son variopintas y probablemente ahí radica el talón de Aquiles del ansiado cambio que queremos la mayoría.

(Fuente: Universia - España)


Alberto, por casarse, lleva casi una década en el mundo laboral. De buen colegio y universidad, hizo un postgrado afuera y prefirió volver a su país. El saldo en su familia y conocidos se reduce a dos secuestrados, un asesinado y varios sustos en diversas situaciones. Creyó que Maduro caería al llegar el año y le sorprende que aun siga destruyendo con pasión lo poco que queda del país. Desde el asesinato de un amigo cercano optó por irse, ha decidido marcharse antes de que se acabe el 2015.

(Fuente: Noticias 24 - Venezuela)

Rodrigo es estudiante universitario, vive en Montalbán y decidió estudiar en la Católica. Ha compartido junto a su novia casi 3 años y comparte con ella un amor por las playas y los paisajes espectaculares del país. Por ahora no duerme en su casa, duerme en las carpas que pernoctan frente a la sede de las Naciones Unidas, no ve otro futuro fuera de las fronteras de Venezuela, aunque su madre y novia teman no verlo la mañana siguiente.

(Fuente: Wikipedia - EEUU)


Enrique esta en el club, viene de una partida de golf, se casó hace poco y aun se debate en donde vivirán su esposa y futuro hijo: Miami, La Romana o Caracas. No habla de la manera en que hizo dinero pero en la sede de CADIVI lo conocen y recuerdan con cariño. Mientras los que gobiernan sigan no teme en que su situación cambie aunque debe cuidarse, en estas lides las amistades no existen, se pagan.

(Fuente: Carlos Vinicio Arredondo - México)

Alejandra vivió uno de los momentos más lamentables de su vida, tres días que no vio más que el miedo vestido de oscuridad. A pesar de aquel episodio, ama al país como nadie pero debió irse, las posibilidades de que viva otra situación similar y no lo cuente eran altísimas. Venía a Venezuela una vez al año mínimo, a visitar los pocos que le iban quedando, cuando lo hacía marchaba, protestaba, siempre buscaba la manera de hacer sentir su indignación por no poder vivir en su terruño.

(Fuente: Wikipedia - EEUU)


Vane salía del colegio y quería empezar en la Central, pero su familia quería otra cosa: Hiciera su vida en Estados Unidos. Su mayor anhelo era salir del Aula Magna y por ahora le quedaba recodarse del concierto de Amigos invisibles la última vez que salió de aquel recinto. Soñaba con una ciudad más amigable, más cercana, pero precisamente la inseguridad y los riesgos apenas la dejaban vivirla con las limitaciones propias de la capital más insegura del mundo. 

(Fuente: Páginas Amarillas - Venezuela)

Teresa venia de Mérida y aunque podía haber estudiado en la ULA le salió la USB en Caracas. Varios de sus amigos de Mérida ya vivían en Colombia y apenas quedaban algunos entre aquella ciudad y Caracas. Tenía muchas posibilidades de crecer pero la inseguridad y los problemas del país le llevaban a pensar en otro destino, como le tocó a su ex quien ya vivía en Madrid. La posibilidad de juntarse de nuevo con su ex le apuraba a marcharse a la capital española.

Podría ponerlos a conversar, como hacemos cada día en las redes sociales o en encuentros nocturnos donde salvamos a Venezuela, nos pasa siempre que nos esmeramos en que los demás piensen como nosotros pero por alguna razón no nos esmeramos, todos, en una mejor Venezuela.
Tengan esa conversación vosotros, si es que nos conviene irnos o quedarnos fuera del país por un presente y un futuro más tranquilo y con las oportunidades lógicas para gente que trabaja y se empeña. O tal vez convenga quedarse y luchar por un país que en condiciones idóneas es un manojo de oportunidades para todos. Lo que es seguro es que la chance de Venezuela se hace cada vez menor, se hace cada vez más lejana, si queréis que esa sea nuestra chance le tendremos que poner empeño todos. La conversación necesaria es en la que ponemos en perspectivas nuestras vidas y como es que se vive arraigada a los valores que los viejos siempre han tratado de inculcarnos. Donde se encuentren, en el plan de vuestras vidas, animo y ojala que nos encontremos todos en este país y no en una vida después de la vida.

(Fuente: Vagamundos - España)