Y entonces dije: ¿Y por qué no escribir un relato con frases de reggeaton? Y así empieza esta sección, llamada ¿DÓNDE ESTÁ EL REGGEATON?
¿Te gusta el reggeaton? Mereces morir.
Bueno, el juego consiste en lo siguiente.1. He escuchado de forma consciente - aunque solo el principio - canciones de reggeaton, y he sacado frases de ellas.
2. He creado un pequeño texto, una pequeña historia, donde aparece esa frase - o las que sean - dentro de una historia. Algunas tienen coherencia, pero también hay otras, que no son de la canción, que van destinadas a confundirte.3. Pondré el texto, que tendrás que leer. Después pondré un gif de un gatito muy mono - tiempo en el que tienes que pensar qué frases son - y luego, el texto señalando las frases de reggeaton en negrita. Y luego, ya de paso, la canción que es.
¡Vamos a jugar!
HAY DOS FRASES QUE SON DE UNA CANCIÓN DE REGGEATONQUE LA SUERTE ESTÉ DE VUESTRA PARTELa noche llegó sin avisar, como siempre cuando no es bienvenida. La estación de bus estaba vacía, y la lluvia caía, aunque ella apenas la oía. Esperaba sentada en el porche, viendo cómo se acercaba el bus que iba a coger. Sus pertenencias se podían empaquetar en una maleta de mano gris, la más barata que había conseguido en la tienda. Intentó olvidarle, aunque sabía que todo lo que estaba haciendo, su huida y su nueva vida, era por su culpa.Esperó un bus que no parecía aparecer, aunque cuando lo hizo, vino acompañado: Iván se acercaba por la calle, con un semblante serio, empapado por la lluvia y con el pelo pegado a la cara. Ella se levantó de manera inconsciente, nerviosa, aunque segura de su decisión: se tenía que ir de su lado, y de aquella ciudad. —Hola — fue capaz de murmurar cuando Iván estaba a su lado. Apenas pudo mirarle a los ojos. —Elena... — su voz era clara, aunque estaba a punto de romperse. Elena esperaba escuchar una voz enfadada, grave, pero fue todo lo contrario — ¿Por qué estás aquí? —Iván, lo siento, pero... pero... no puedo seguir así. No puedo seguir sufriendo, en silencio, sin ti, y a tu lado — rompió a llorar, pese a la seguridad que envolvía sus palabras y sus actos.Él levantó su mentón, y en el rostro de Iván tan sólo pudo ver dolor, aunque no enfado. —Ya, deja de llorar, y vamos... — negó con la cabeza — ¡Dilo!. Que te vas. Que me dejas. Que ya no vale la pena intentarlo de nuevo. —Ya te dije que estaba harta de que te dejases siempre la luz del baño encendida. Y la tapa subida — Elena ocultó su rostro entre sus manos, agradeciendo a los dioses que el bus comenzara a admitir pasajeros —. No puedo con esto. Debo irme al templo hindú para comenzar mi vida casada con mi wha. Hasta siempre.Subió al autobús, y fue la última vez que miró a Iván, consciente de que estaba haciendo lo correcto, de que por una vez no estaba equivocada. — ¡Soy un moribundo sin esperanzas! — le gritó Iván desde fuera, aunque el sonido se amortiguó gracias a los cristales — ¡Y tú eres una mariposa que vuela buscando la verdad!Ella contestó al reflejo del autobús, anhelando, en parte, abrazar a su exnovio. —Te ofrecí mi vida y mi libertad, y la tiraste al vacío. Y por ello, te maldigo.Y así, Elena se rapó el pelo y comenzó a ser monja budista. Actualmente tiene tres gatos, dos perros y mucho wha.
Y ahora va el gatito para que decidáis ....
Y aquí van las frases!
Esperó un bus que no parecía aparecer, aunque cuando lo hizo, vino acompañado: Iván se acercaba por la calle, con un semblante serio, empapado por la lluvia y con el pelo pegado a la cara. Ella se levantó de manera inconsciente, nerviosa, aunque segura de su decisión: se tenía que ir de su lado, y de aquella ciudad.
—Hola — fue capaz de murmurar cuando Iván estaba a su lado. Apenas pudo mirarle a los ojos.
—Elena... — su voz era clara, aunque estaba a punto de romperse. Elena esperaba escuchar una voz enfadada, grave, pero fue todo lo contrario — ¿Por qué estás aquí?
—Iván, lo siento, pero... pero... no puedo seguir así. No puedo seguir sufriendo, en silencio, sin ti, y a tu lado — rompió a llorar, pese a la seguridad que envolvía sus palabras y sus actos.
Él levantó su mentón, y en el rostro de Iván tan sólo pudo ver dolor, aunque no enfado.
—Ya, deja de llorar, y vamos... — negó con la cabeza — ¡Dilo!. Que te vas. Que me dejas. Que ya no vale la pena intentarlo de nuevo.
—Ya te dije que estaba harta de que te dejases siempre la luz del baño encendida. Y la tapa subida — Elena ocultó su rostro entre sus manos, agradeciendo a los dioses que el bus comenzara a admitir pasajeros —. No puedo con esto. Debo irme al templo hindú para comenzar mi vida casada con mi wha. Hasta siempre.
Subió al autobús, y fue la última vez que miró a Iván, consciente de que estaba haciendo lo correcto, de que por una vez no estaba equivocada.
— ¡Soy un moribundo sin esperanzas! — le gritó Iván desde fuera, aunque el sonido se amortiguó gracias a los cristales — ¡Y tú eres una mariposa que vuela buscando la verdad!
Ella contestó al reflejo del autobús, anhelando, en parte, abrazar a su exnovio.
—Te ofrecí mi vida y mi libertad, y la tiraste al vacío. Y por ello, te maldigo.
Y así, Elena se rapó el pelo y comenzó a ser monja budista. Actualmente tiene tres gatos, dos perros y mucho wha.
Y LA CANCIÓN ES...Moribundo - Joey Montana