A veces miro al pasado y me asombro de como llevaba las cosas antes. No sé que me ha pasado pero ya no soy esa super mama que puede con todo, que tiene 3 bebés que usan pañales de tela, tiene la colada a raya, la casa medio decente, hace pan, repostería, queso, yogures,... Además de todo esto cosía cositas para mis niños y tenía mis blog actualizados cada día. Antes era como un correcaminos y ahora me siento como un caracol, con la casa encima, que avanza muy despacio.
Ahora no puedo evitar compararme con aquella mujer, fuerte, que dormía 6 horas al día como mucho y estaba como si nada. Ahora mi casa es un desastre, no cocino más que lo justo, no hago el pan en casa, y lo peor es que no tengo el animo muy alto que digamos. He empezado a tomar vitaminas porque no se si tengo anemia, o abstemia primaveral o algo así. Me encuentro agotada, me levanto más cansada que como me acuesto y eso que ahora duermo por lo menos 7-8 horas (casi siempre 8).
Esto me pasa desde que trabajo más en serio en lo de coser. Tengo bastante trabajo, tanto como para tener siempre algo pendiente. No me puedo quejar por esto, gracias a Dios, pero me hace que todo lo demás se me haga cuesta arriba. No se si igual es la mezcla de todo, que también puedo tener agotamiento físico de todo lo que he aguantado estos dos primeros años de vida de los peques y el enorme trabajo que ha supuesto y ahora estoy pagando un poco las consecuencias. O quizá sea simplemente que una mujer que trabaja y además tiene que atender a sus hijos y su casa no llega a todo. No soy ninguna superwoman, y está claro que no puedo mantener el mismo ritmo que antes ni física ni psicológicamente.
También he pensado que puede ser por la edad de los peques, como os contaba en la entrada de los terribles 2 años. Que ahora son más agotadores, tengo que estar a cada momento llamándoles la atención, riñendoles por algo, sacándoles de algún armario o cubo de basura, vigilando con un ojo mientras coso con el otro y esta tensión continua agota.
El caso es que me encuentro de bajoncillo, cansada, sobrecargada, la situación me supera y sólo puedo esperar que mi marido encuentre trabajo y pueda aligerar mi carga y poder volver a hacer las cosas por hobby y no por trabajo, que se pase esta edad tan rebelde de los niños y empiecen a colaborar un poco y que todo vuelva a ser un poco como antes. No digo igual porque la vida son etapas, pero por lo menos que vuelva a tener esa sensación de tranquilidad, de tener las cosas más o menos controladas.