El delantero español no tuvo su mejor día en Stamford Bridge en la vuelta copera ante el Liverpool a pesar de la clasificación para la gran final en Wembley. No supo mantener la compostura y cometió dos faltas escalofriantes que casi provocan consecuencias nefastas para el receptor de las mismas.
Señor José Mourinho, no hay ninguna campaña en contra de Diego Costa. Puede sonar reiterativo tras el artículo de ayer, pero una vez más debemos de decir: "El peor favor que se le puede hacer una persona cuando se ha equivocado es seguir apoyándolo incondicionalmente, hacerle ver que no ha sido nada". Hoy tocaba darle palo. Que forma más curiosa por cierto, regañar así a un futbolista que no entiende un encuentro sin palos.