Vivimos una época en la que lo fundamental es vender. Lo que sea. Falsas exclusivas. Noticias inexistentes. Análisis superficiales. Cuando la Liga Santander acumulaba una cuarta parte de su recorrido, 10 jornadas, el líder era el Barcelona. Y en un margen de 7 puntos estaba el noveno clasificado, que era el Real Madrid. Y medios, periódicos y radios se hartaban de hablar de la mejor liga de la historia, la más igualada, la que iba a tener más equipos revelación. Que si el Valladolid. Que si el Espanyol. Que si el Alavés. Que si el Girona...
Y en alguna tertulia oía decir que el Barcelona tenía bastante peor equipo que el año pasado, y que el Atleti y el Sevilla tenían mucho mejor equipo, y que la ilusión de los modestos podía hacer milagros... Y yo decía que la Liga iba a acabar siendo lo de siempre, un diálogo a dos, en el mejor de los casos...
En la 13ª jornada, el Sevilla se ponía líder, con un punto de ventaja sobre el Barça, y a más de uno escuché decir que por qué no podía ganar la Liga el Sevilla. La respuesta era evidente, pero como hay que ilusionar y mentir para vender, se optó por el análisis de pincel gordo. El Sevilla tiene bastante peor equipo que el Barcelona, y no es mejor que el Atleti ni el Madrid... Y no va a ganar la Liga, se ponga Víctor Fernández como se ponga.
En la 14ª jornada, entre el primero y el quinto había cinco puntos de diferencia. Y vuelta la burra al trigo. Que esta Liga no iba a ser para el Barcelona, que Valverde no era capaz de dar con la tecla adecuada... Más tontás...
Con la competición a punto de llegar al final de la primera vuelta. El Barcelona marcha ya líder destacado. Cinco puntos sobre el Atleti. Siete sobre el Sevilla. Diez sobre el Madrid. El Espanyol ya es octavo, a 16 puntos, el Girona 9º y el Valladolid 15º. De la presunta rebelión de los modestos, sólo aguanta de momento el Alavés, 4º a 9 puntos de la cabeza.
En resumen. Que la Liga la ganará el Barcelona. El Atleti quiere y no puede. El Madrid vive en una ciclotimia permanente. Y el resto no tienen nada que hacer. El Sevilla es 3º y mientras siga teniendo vida europea y copera, la española se irá resintiendo porque el plantel de Machín no da para ser exprimido al 100% en tres competiciones de ese calado y aguantar el tirón. Y ya está. Quien no quiera verlo...
Olvídense de los modestos. Olvídense del Alavés. No digo nada ya del Valencia. O del plúmbeo Athletic. Otra Liga que acabara sin emoción por saber quién la ganará. Y van...
Y no es culpa de los equipos. Bastante hacen, incluso el Atleti de Madrid, compitiendo con el Barcelona dignamente. El presupuesto del Barcelona dobla al de los colchoneros. Casi cuadriplica al de Valencia y Sevilla. Y sumando los presupuestos de 14 equipos llegamos a los 633 millones del Barcelona. Pero eso ya se sabía en septiembre, y en octubre y en noviembre que la Liga la iba a ganar el Barcelona, ni siquiera el Madrid podía hacerle sombra este año. Y me fascina que los gurús de este deporte quieran vender esas burras. También es cierto que me fascina más que haya gente que compre esas burras. Desgraciadamente, muchos. Muchos.
Y mientras esta brutal y manifiesta desigualdad entre los presupuestos de los equipos de nuestra liga se mantengan, la Liga será una Liga gris, una Liga plana, una Liga sin la emoción de un final de campeonato igualado. Por eso, insisto en el mérito que tiene lo que hacen, prácticamente, el resto de equipos. Porque hacen de todo menos competir en igualdad de condiciones.