Para saber dónde estamos es necesario hacer un diagnóstico de la empresa, del área, o de nosotros como líderes. Es una herramienta muy útil: puede decirse que detiene el tiempo, lo congela en el presente, como una foto instantánea que nos permite ver en qué lugar nos encontramos en relación con el punto hacia donde nos queremos dirigir; un remanso para reflexionar en qué estamos poniendo foco en este momento, qué miramos y qué dejamos de ver, qué es lo que sí funciona, qué es lo que aún no funciona, etcétera.
El diagnóstico pone en marcha un proceso de autoevaluación. Nos permite darnos cuenta sobre qué base tomamos las decisiones que tomamos. Qué resultados obtenemos por pensar, decidir y actuar de esa manera, y si esos resultados son útiles para lo que queremos lograr.
Para realizar un diagnóstico completo es bueno preguntarse:
- ¿Qué, de lo que hoy tengo, quiero que sea diferente (CAMBIAR)
- ¿Qué, de lo que hoy tengo, no quiero tener más? (ELIMINAR)
- De lo que hoy tengo, ¿qué quiero potenciar? (MEJORAR)
- ¿Qué quiero mantener? (CONSERVAR)
- ¿Qué quiero tener, y hoy no tengo? (GENERAR)
- ¿Qué que hoy no tengo, no quiero tener? (EVITAR)
Seleccionado por Camila Ubierna de Bussiness Therapy, de Andrea Churba