En suma, hemos asistido a una digna interpretación (en las escuetas y sobrias dimensiones del término). Este concierto nos demuestra que la música, si no va acompañada de pasión, se queda invertebrada, sin músculo. Sencillamente ha faltado ese gramo de intuición y magia que distingue al arte del puro oficio.
En suma, hemos asistido a una digna interpretación (en las escuetas y sobrias dimensiones del término). Este concierto nos demuestra que la música, si no va acompañada de pasión, se queda invertebrada, sin músculo. Sencillamente ha faltado ese gramo de intuición y magia que distingue al arte del puro oficio.