Lo cierto es que la cuchipandi parece que tenía montado un chiringito de empresas informáticas para desviar fondos de sus protegidos y nunca tan bien defendidos "creadores" hacia sus humildes cuentas bancarias. Parece que los defensores de los artistas, resulta que (presuntamente) les estaban robando...
Me pregunto qué pensarán ahora los insignes defensores de la SGAE. Todos esos artistillas, incapaces de llenar una sala de conciertos, pero que pretendían jubilarse y vivir toda su vida a base de éxitos pasados, puntuales en una gran parte. Qué pensarán quienes públicamente defendieron una sociedad y un modelo de gestión que durante muchos años fue la entidad más odiada del país (título recientemente perdido en favor de la ministra "orejones" Sinde).
Bueno, supongo que lo de enviar inspectores a bodas, bautizos y comuniones se terminará durante un tiempo. Entiendo que las denuncias contra webs se congelarán y que intentarán salir en los papeles lo menos posible. Ahora no les conviene...
Con un canon agonizante y la cúpula directiva de la SGAE en el punto de mira de la justicia, tal vez haya llegado del momento de que los que aún defendían el modelo de gestión de derechos anticuado e ineficaz se lo replanteen, y busquen formas alternativas de convivir con el nuevo modelo de negocio ya impuesto, basado en la comercialización (a un precio razonable) de bienes digitales. Otros, sin embargo, deberían replantearse ponerse a trabajar y dejar de intentar vivir del cuento...
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