Sonaron todas las campanas en el momento justo. En algún rincón del mundo, justo donde los susurros del aire se asemejaban al canto de una golondrina, un niño caminaba por primera vez. Él no lo sabía, pero aquel gesto era un pequeño paso para el hombre, pero uno muy grande para la humanidad, pues estaba destinado a cambiar los designios del tiempo y del espacio con el único arma de su sonrisa y las ganas de vivir.
Carmelo Beltrán@CarBel1994