La riqueza micológica de España es enorme. Además de la variedad hay que señalar que en cada especie tiene diferentes nombres según la región, lo que añade más confusión a la hora de clasificar e identificar cada seta y su valor culinario.
A grandes rasgos, estas son las grandes zonas de nuestra geografía donde podemos encontrar los tipos de setas más consumidos y en consecuencia existe mayor tradición gastronómica en torno a ellas:
- Cataluña y las Islas Baleares. Son numerosos los platos tradicionales en los que las setas tienen un papel protagonista. Entre los hongos más buscados y consumidos cabe citar el níscalo (en Cataluña rovelló y esclatasang en Mallorca) y el rossinyol. Las comarcas catalanas del Berguedà y La Selva son las más apreciadas para recoger setas.
- País Vasco y Navarra. La zona de Unzúe en navarra ofrece una experiencia única para los buscadores de setas y un espectáculo único para los amantes de la naturaleza.
- Galicia y Asturias en cuyos verdes y húmedos bosques crecen abundantes y deliciosos tipos de setas. Destacan la oronja (llamada raiña en gallego), las andoas o los cantarelos. Aunque durante mucho tiempo no fueron apreciadas en la gastronomía en los últimos años se han incorporado al recetario habitual de los mejores restaurantes.
- Castilla y León. Destaca la provincia de Zamora, en concreto la localidad de Rabanales, donde se ubica el mayor museo micológico de España. Son también famosos los bosques de San Leonardo y Navaleno en Soria por su riqueza y su belleza natural. En el resto de la meseta es abundante la seta de cardo.
- Madrid. La sierra cuenta con bosques donde crecen numerosos tipos de setas, como los de Lozoya, Fuenfría o Pinares Llanos.
- Andalucía. sobre todo dos áreas bien localizadas: la Sierra de Cazorla, un paraíso para los amantes de las setas en el que abundan los níscalos anaranjados, la seta de chopo y la seta de cardo; y las sierras de Cádiz, donde la estrella es el rebozuelo.