Ilustración antigua de una Donut's Store
Es hora de hablaros de mi segunda novela, DELICIAS Y SECRETOS, que por ahora está inédita y espero que pronto podáis encontrar en las librerías. Transcurre en Nueva York entre noviembre de 1919 y el día de San Valentín (¡qué día más romántico!) de 1920. Como lectora, me apasionan las novelas que incluyen detalles cotidianos de la época en que transcurren. Creo que es la mejor manera para entender el modo de vida y por ello me fascina incluír en las mías esos objetos o detalles modestos, anónimos, que acompañan a diario a mis personajes porque creo que eso ayuda a conocerlos mejor. Cuando empecé con la documentación de DELICIAS Y SECRETOS, me enamoré de esa época de entre-guerras tan poco común en la novela romántica. Entre otras cosas, por el cambio que se produjo en el estilo de vida al incorporarse la mujer al trabajo fuera de casa.
Antiguo cartel publicitario
Ello propició el auge de la comida rápida, ya que el ama de casa no disponía de tiempo para dedicarse a los fogones. Si a eso añadimos las largas distancias entre la casa y el trabajo en una ciudad tan grande, que en esa época ya contaba con 4.000.000 de habitantes, no nos extrañará que floreciesen los puestos de comida para llevar.
Entre los alimentos más populares se encontraban los DONUTS. Su antepasado es el olykoek (bollo de aceite) de Holanda, que los primeros colonos holandeses llevaron consigo a la isla que compraron a los indios (Manhattan) y llamaron Nueva Amsterdam. Empezaron entonces a llamarlos dough nut (nuez de pasta). En 1847, el marino Hanson Gregory inventó el típico agujero para facilitar la fritura, hecho que se recuerda con una placa de bronce en su ciudad natal en Maine.
La primera referencia escrita a los donuts es de 1908 y nos llega de la mano de Wasington Irving en su "Historia de Nueva York".
Vehículo histórico, camión de reparto de donuts
Con todos estos antecedentes, no podía dejar de incluir en DELICIAS Y SECRETOS este elemento cotidiano tan arraigado en la Gran Manzana. Y lo hice gracias a al empeño de Hosanna Parra, amiga y estupenda escritora, que tenía especial ilusión por una escena en que una de las adorables abuelitas que pululan a diario por el Hotel Taormina asocia los donuts a episodios de su juventud... muy pícaros.
Donut's Store de la época
Los donuts caseros de Olivia, con la receta de Chus
Aunque el mérito es de Chus que a través de su magnífico blog de cocina me facilitó la receta, una valenciana que con 19 años lo dejó todo por amor y desde entonces reside en Monterrey (México) felizmente casada y con tres hijos estupendos. Como véis, las historias románticas no sólo están en los libros.