El conocimiento sobre los efectos de la altitud sobre el organismo se remontan a siglos atrás, a tiempos de la conquista del continente americano por el ejército español, pero su estudio desde la ciencia no comienza hasta el siglo XIX. Conforme subimos en altitud la temperatura desciende, los niveles de oxígeno se reducen y la presión atmosférica es menor lo cual afecta a nuestro organismo, aún encontrándonos en un estado físico excelente. Al reducirse la presión atmosférica los niveles de oxígeno en sangre se reducen, independientemente del sexo del individuo, lo cual deriva en síntomas como dolores de cabeza, naúseas, debilidad, insomnio, hiperventilación, lentitud en las respuestas motoras, menor resistencia al esfuerzo ya que a los músculos les llega menos cantidad de oxígeno… Se produce, por tanto, un desplome del rendimiento físico pero también se producen alteraciones de carácter emocional: menor tolerancia a la frustración, irascibilidad… ya que se tiene que realizar un rápido proceso de readaptación al nuevo entorno. Los médicos y fisiólogos ya conocen modos de reducir el impacto de la altitud llevando a cabo un proceso de aclimatación a la altitud de varios días. Sin embargo, la coyuntura económica actual lleva a que muchos deportistas, clubes y federaciones son puedan sufragar los costes derivados de este proceso de adaptación y buscan para ello fórmulas más rápidas de lograr esta adaptación a través del dopaje. La solución está en el sexo y en su fármaco estrella: Viagra.
FUENTES CONSULTADAS"Universitario de Perú utilizará Viagra para contrarrestar altura" UNoticias 26/02/2013 (enlace)CENTELLES BADELL, LETICIA"Efectos de la altura en el rendimiento deportivo" (enlace)"La Viagra no levanta partidos" Diario Marca 01/03/2013
ENTRADAS RELACIONADAS"Dopaje del siglo XXI: Porno para el deportista" (enlace)"Drogas y Cocaína: Morir de éxito" (enlace)"Dopaje y Muerte: el doping a principios del siglo XX" (enlace)