El 30 de diciembre de 2004 algo cambió. Hubo un incendio en un recital. 194 muertos, un ejército de heridos con secuelas graves. La tragedia hizo del '05 probablemente el año nuevo menos eufórico desde el '02. Para el Rock argentino esto significó varias cosas, quiero hablar sólo de una. El punto de inflexión para los recitales. De golpe, no hay dónde tocar. Las bandas dejan de salir a la calle y la progresión se estanca. No hay más ánimos y los distintos proyectos que venían gestándose caen estrepitosamente.El 2001 todavía calentito y un universo revolucionario se siente. Caldo de cultivo para el arte. Doris se presenta derivativo, explícito y furioso. Moja el pincel en sangre y pinta sobre un paño violeta. Por momentos no se entiende la dirección ni el por qué en reaccionar. A cambio, aparece la proyección directa de una crueldad sistemática. El sufrimiento se hace claro. Necesito cambiar de voz, la piel me arde, me quema. No hay canales donde nadar. Inestabilidad psíquica y emocional. Reaccionar pasado de rosca, violentar.
Y me da por las pelotas que Calamaro siga siendo alguien y que no haya renovación musical porque pareciera que después de cromañon el mundo se taró un poco y todo cuesta más. Hasta que no haya otro Charly no me voy de acá. Música música música. Quiero músicos obsesionados con la música.
Y la puta madre, por qué airbag vende?!
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