Un estudio piloto publicado este mes se analizó entre 171 mujeres jóvenes la relación del sueño con el deseo sexual. Los resultados demuestran que el sueño afecta directamente al deseo y la excitación, aunque esto no significa que estar cansado pueda no ser un impedimento en ocasiones.
Además, una hora extra de sueño llevó a un aumento del 14% en las probabilidades de tener sexo al día siguiente. Dormir más incluso incrementó la facilidad con la que las mujeres sienten "excitación genital", la cual midieron gracias a la escala de excitación genital del Índice de Función Sexual. La pregunta entonces es: dormir mas aumenta el deseo sexual.
Se estima que el 20% de las mujeres tienen problemas con la lubricación (las causas van desde la menopausia hasta una insuficiencia en los juegos previos) y el doctor Kalmbach cree que también esto podría ser debido a la falta de sueño, ya que la fase de sueño MOR (de movimiento ocular rápido o REM, por sus siglas en inglés) en las mujeres se asocia con un aumento del flujo de sangre a la vagina, mientras que la falta de sueño está ligada a la reducción de los niveles de hormonas andrógenas, reduciendo significativamente el deseo de sexo.
El sexo es extrañamente muy complejo para ser una actividad tan esencial y natural. Los estudios de la pérdida del deseo en las mujeres a menudo citan factores psicológicos: la excesiva familiaridad con una pareja, la institucionalización de las relaciones o la pérdida de intimidad. Pero lo fisiológico está presente también: el sueño es esencial en la promoción de respuestas sexuales saludables a través de sus acciones regulatorias sobre las hormonas, al igual que protege contra las condiciones médicas. La cantidad recomendada para cualquier persona mayor de 18 años es de entre siete y nueve horas por noche.