Como muestra de devoción a la Señora, hemos optado por hacer una Romería, una manifestación de cariño tradicional en el mes de mayo. Tras dejar el vehículo aparcado en un lugar conveniente, nos hemos desayunado con un café con leche y media tostada. Luego, hemos comenzado nuestra Romería. Se trata de rezar una parte del Rosario yendo a pie hacia la imagen de la Virgen, otra (la del día correspondiente con las letanías) ante ella, y una tercera de vuelta hacia el lugar de origen. Mi amigo y yo llevábamos una "mochila" llena de peticiones a la espalda. Pesaba, porque eran muchas, de modo que una vez dejadas a los pies de la Virgen de la Capilla, hemos vuelto la mar de ligeros. Entre los viandantes, el sonido de las bocinas y el pesado traqueteo de los autobuses urbanos, nosotros íbamos diciéndole a nuestra Madre lo que a ella le gusta oír.
El año que viene, por mayo, repetiremos. ¿Te animas?