Dos vinos de corte muy distinto. Uno fresco y frutal, de trago fácil y charla animada. Uno más serio y formal, de más reflexión y quizá introspección.
En cualquier caso, atrás, muy atrás, han quedado los tiempos en que de Ribeiro sólo se conocía el Pazo, y de que sólo se bebiese Ribeiro blanco. Manuel Formigo, José Meréns, Luis Anxo y algunos otros, están empeñados en devolver gloria y fama a los tintos de esta región gallega.