Dos textos aterradores
Sara Rodríguez y Berta Sánchez, de San Martín de Valdeiglesias, han sido las escritoras galardonadas con los premios en el concurso de Microrrelatos convocado por la Oficina de Turismo de Chapinería y Castillos en el Aire con motivo de la celebración de la Survival Zona 0 de la localidad chapinera.
Fue el pasado 29 de julio cuando las dos jóvenes premiadas, pertenecientes al programa de radio El Club del Micro Rojo, de Radio 21, recibieron el premio de manos de Inma Soriano, responsable de la Oficina de Turismo de Chapinería, un lote de libros para cada una de ellas y dos entradas dobles para participar en la juguetona propuesta de Chapinería para disfrutar del último fin de semana de julio.
La Vacuna
Chapinería-3:30pm
Algo extraño está pasando. Después de meses intentándolo creo que lo he logrado, creo que por fin he hecho lo imposible. Primero probé en animales pequeños como las ratas, parecía que funcionaba así que lo probé en mí mismo y en mi hija, en ella no tardó en funcionar la vacuna que la haría vivir sin ninguna enfermedad, pero algo se complicó, ella ya no respira, no se mueve y su corazón ha dejado de palpitar. No sé qué he hecho mal, ya la echo de menos. Jugué a ser Dios y ahora sufro las consecuencias, mi piel sufre de infección necrosante, estoy perdiendo visión, no siento estar vivo. Hambre, tengo mucha hambre. He cometido un error, lo siento. Lo siento Elisabeth, papá te dará de comer.
Berta Sánchez
No podemos huir
Los rumores se esparcían por las calles como la pólvora, el miedo se extendía a la velocidad de la luz y la ansiedad amenazaba con llegar. Todos teníamos miedo, la noticia de un infectado que había escapado de la zona cero había puesto en alerta a todos los pueblos de la Sierra Oeste y los rumores de haber visto a alguien que encajaba con su descripción cerca de San Martín nos aterrorizaban. Miles de películas y videojuegos podías haber visto, pero cuando lo tienes en frente el miedo te paraliza, no sientes aire en los pulmones, un dolor atroz se retuerce en tu estómago y te impide moverte, no puedes hacer otra cosa que no sea mirar fijamente a esa cosa que te está atacando. Dolor es una palabra demasiado suave. Sólo el roce de sus dientes podridos sobre mi piel daba escalofríos, la mugrienta mandíbula se cernía sobre mi brazo negando a soltarlo y notaba pinchazos fuertes como acuchilladas por todo el cuerpo. No escuchaba mis propios gritos, mi propia sangre se esparcía por el suelo y no podía razonar nada de lo que estaba pasando. Todo acabó y dejé de sentir, ahora sólo pensaba en una cosa. Comer.
Sara Rodríguez