Páginas: 352
ISBN: 9788498383058
Precio: 19€
Uno de mis descubrimientos literarios de este año ha sido la novela ambientada en China (ojo, no literatura asiática, ya que la mayoría de los libros que he leído están escritos por autores anglosajones). Empecé en abril con Flores de febrero (Fan Wu), una deliciosa historia sobre la amistad entre dos jóvenes chinas y el proceso de convertirse en mujer. Unos meses más tarde me animé con El último chef chino (Nicole Mones), que presenta una trama realista en la que una mujer americana viaja a China por asuntos nada agradables y allí conoce a un chef que le enseña los entresijos de la gastronomía del país. Recomiendo ambos al cien por cien, son libros poco conocidos que hacen gala de una gran calidad. También leí Sweet Mandarin (Helen Tse), la historia real de tres generaciones de mujeres, pero este me supo a poco. Finalmente, el pasado mes de noviembre cogí Dos chicas de Shanghai, del que os hablo a continuación. Hace unos años este país no me interesaba en absoluto, pero gracias a la literatura he empezado a sentir interés por él y disfruto muchísimo al descubrir nuevos aspectos sobre su cultura e historia.
Lisa See
Sinopsis
Año 1937: Pearl y May son dos jóvenes hermanas que viven en Shanghai junto a sus padres. El trabajo de su padre les permite llevar un buen nivel de vida, pero las chicas ayudan con lo que ganan gracias a sus posados como chicas bonitas, esto es, ilustraciones para calendarios y anuncios hechas por un pintor. Las dos se consideran modernas: salen de fiesta, les gusta vestir a la moda, ya no tienen que llevar los pies vendados como mandaba la tradición y aspiran a casarse por amor. Pearl, además, pudo estudiar en la universidad y consigue un diner
Con el inicio de los bombardeos japoneses, la vida de las hermanas da un giro inesperado: su padre se ha arruinado y las ha vendido como esposas de los hijos de un chino afincado en Estados Unidos, La Montaña Dorada. Las chicas no se dejan manejar fácilmente y hacen todo lo posible para evitar ese destino, pero el peligro que supone vivir en Shanghai en plena guerra se suma a sus nuevas obligaciones y finalmente no les queda otra opción que viajar al otro continente. Allí deberán aprender a ser buenas esposas y tendrán que adaptarse a una sociedad muy distinta: de chicas bonitas despreocupadas pasan a ser mujeres inmigrantes con responsabilidades.
Estilo
No había leído a Lisa See con anterioridad y en este libro he encontrado una prosa contundente y directa, con detalles y descripciones interesantes pero sin llegar al punto de abrumar o aburrir al lector. Se aprecia que la autora tiene cierto bagaje en el mundo literario, puesto que alterna perfectamente narración y diálogo y cuida la estructura general y el contenido de cada capítulo. En otras palabras, se nota que lo tenía todo organizado y pensado antes de empezar, no escribió el libro de carrerilla. Me gusta que los escritores se esfuercen y presenten textos trabajados, de modo que Lisa See me ha causado muy buena impresión y tengo ganas de leer sus otros libros.
Volviendo al estilo, la novela está narrada desde la perspectiva de Pearl, la hermana mayor y la más inteligente y sensata. Personalmente, a lo largo del relato me he sentido más identificada con ella que con May —más cabeza loca—, así que para mí resulta positivo que la autora la escogiera para contarnos el relato. Los capítulos son más bien cortos y el ritmo se mantiene constante con el paso de las páginas, me ha atrapado en todo momento (sin ser tampoco un thriller). Destaco la belleza poética y simbólica de los títulos de cada capítulo ( Flores blancas de ciruelo, Una cáscara de grano de arroz, Hasta la luna más perfecta, etc.), poco a poco voy aprendiendo y valorando estos detalles de la cultura china.
Contexto
Además de su buen hacer a la hora de escribir, Lisa See destaca por sus conocimientos de la cultura china y el magnífico trabajo de documentación que ha realizado para preparar esta novela. La historia de Pearl y May es pura ficción, pero la autora se inspiró en hechos reales y habló con personas que tuvieron que emigrar de China para recrear mejor los interrogatorios a los que eran sometidas a su llegada a Estados Unidos, entre otras cosas. Mientras leía no dejaba de pensar en la gran credibilidad que transmite esta historia, todo parece tan real que a menudo me sorprendía a mí misma recordándome que Pearl y May como tales no existieron. Creo que tiene un gran mérito recrear la ambientación de una forma tan convincente.
Impresiones generales
Tal y como se puede deducir por el título, el hilo argumental gira en torno a las dos hermanas y su relación con el paso del tiempo. La madurez y las responsabilidades hacen que se enfrenten a cosas en las que no pensaban cuando eran jóvenes y en esas circunstancias sus diferencias se hacen más patentes. Me ha gustado mucho la forma de plasmar la psicología de los personajes y su evolución a medida que se hacen mayores: siempre desde la perspectiva de Pearl somos conscientes a los cambios que se producen en su personalidad, sus lamentos por haber sido irresponsable en algunos momentos y sus disgustos con ciertas actitudes de su hermana. Todas las emociones son extremadamente cercanas para cualquiera, de modo que no cuesta nada meterse en la historia y entender los comportamientos de sus protagonistas.
El libro está repleto de detalles que aumentan el interés de la historia: desde las creencias de la tradición china (como el zodíaco) al estilo de vida en Chinatown con el bazar de la familia, sin olvidar los momentos en que Pearl y May posaban para un pintor y posteriormente se iban de fiesta. China me parece un país con una gran sabiduría por descubrir y agradezco que Lisa See no se haya limitado al argumento en sí y haya aprovechado el relato para transmitirnos algunos de sus conocimientos.
Si todo es tan bueno, ¿por qué no le doy más nota? Fácil: la primera parte del libro me pareció digna de un sobresaliente, pero a partir de la llegada de las hermanas a Estados Unidos el nivel baja un poco, y os explico el porqué: se hacen saltos en el tiempo bastante a menudo, en un capítulo estás en un año y en el siguiente han pasado dos (no es una gran diferencia, pero al lado de la primera parte, en la que se narran los acontecimientos de unas semanas o algún mes como mucho, se nota un cambio). No he tenido problemas para coger el hilo de nuevo, pero inevitablemente no estaba tan metida en la piel de Pearl porque me faltaba esa continuidad de las primeras páginas. De todas formas, no es un fallo importante y no tenéis que tenerlo en cuenta si el libro os ha llamado la atención.
Conclusión
Dos chicas de Shanghai pertenece al grupo de libros que además de entretener consiguen aportarte algo a nivel cultural y emocional, un tipo de lecturas que siempre tiene su público pese a no ser precisamente carne de best seller (estos suelen tener una prosa más sencilla y menos descripciones, aunque siempre hay excepciones honrosas como precisamente El abanico de seda, que me imagino que será del mismo estilo que Dos chicas de Shanghai). Su historia está muy bien construida, la caracterización de los personajes me parece sublime y el contexto no podría estar mejor recreado. Aunque no sea redondo del todo, considero que el libro puede gustaros mucho si sentís interés por China o sencillamente os apasionan las novelas históricas con protagonistas fuertes y grandes dosis de emociones humanas. Debéis tener en cuenta que no es una historia banal para leer en el bus; a pesar de su lenguaje ameno hay que leerlo con cierto interés para poder captar los matices de la cultura china que se dejan entrever en sus páginas. En definitiva, la novela es exactamente lo que parece cuando la ves por primera vez (título, portada, sinopsis), su apariencia no engaña a nadie, así que si os atrae seguro que no os defraudará.Enlaces de interés:
Web de Lisa See
Mi valoración: 8/10