Jovica Stanisic, de 70 años, exjefe del servicio de seguridad estatal de Serbia, y su adjunto Franko Simatovic, de 71 años, fueron condenados a 12 años de cárcel cada uno, por ser declarados culpables de respaldar a las fuerzas serbias que llevaron a cabo crímenes durante la toma de la ciudad bosnia de Bosanski Samac en abril de 1992.