Así concluye el trabajo publicado en el British Journal of Nutrition y llevado a cabo por el Instituto de Salud Carlos III, la Universidad de Navarra, y el CIBEROBN. Es la primera vez que se analiza la influencia del patrón global de ingesta de bebidas alcohólicas en relación a la mortalidad. Según la investigación, el consumo moderado de alcohol durante toda la semana, evitando el atracón de viernes y sábados, reduce prácticamente a la mitad el riesgo de muerte respecto a los abstemios. Los autores señalan que, para gozar de estos efectos protectores, es importante optar por vino tinto frente al resto de bebidas destiladas, ya que es un auténtico elixir de buena salud.
Para obtener esta conclusión, los científicos realizaron un seguimiento de cerca de 20.000 participantes durante 7 años, y descubrieron que la mortalidad se veía reducida considerablemente cuando se consumía alcohol al estilo tradicional mediterráneo, es decir, cuando se bebía una media de 30 gramos de vino al día durante toda la semana, siempre acompañado de las comidas y nunca sobrepasando las cinco bebidas alcohólicas al día.
"Cuando el consumo de alcohol se aleja de este patrón, se duplica el riesgo de mortalidad”, advierte Martínez-González, profesor de la Universidad de Navarra. El hallazgo se suma a la larga lista de efectos saludables derivados del consumo responsable de alcohol, que además de fortalecer nuestro cuerpo, nos hace más felices.