Dos destinos madrileños para una Semana Santa diferente

Por Qhacerconninos @QHacerConNinos

Prudencia, mucha prudencia, por encima de todo, ya que el maldito virus sigue entre nosotros. Pero vosotros y vuestros peques tenéis ganas de moveros, de disfrutar de lugares bonitos y cercanos con aire puro y mucho que ver. La gran mayoría de las comunidades autónomas no permiten moverse a otras durante la próxima Semana Santa, pero sí se pueden realizar desplazamientos dentro de ellas, de las uniprovinciales a las que cuentan con más de una provincia. Es el caso de Madrid, donde en esos días podremos disfrutar -siguiendo todas las medidas- de una corta pero estupenda estancia en los bellos pueblos de la Comunidad. Os animamos a acudir a dos de ellos, seguros, de gran interés y excelentes propuestas para el ocio, el senderismo, el descanso y el disfrute cultural y gastronómico.

Nuevo Baztán, entre los pueblos más bonitos de España

A poco más de 45 kilómetros de la capital, en el sudeste de la Comunidad de Madrid, se encuentra este pequeño 'trozo' de Navarra, un bellísimo pueblo que acaba de ingresar como candidato en la lista de los 11 municipios que optan a convertirse, la próxima primavera y en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR), en uno de los Pueblos más bonitos de España. Motivos no le faltan, ya que en 1941 fue declarado Monumento Histórico Artístico y en 2002 Bien de Interés Cultural.

Os contamos por qué lo relacionamos con Navarra. Su fundador, Juan de Goyeneche -escritor, empresario y político navarro nacido en la localidad de Arizcun, en el Valle del Baztán- , decidió montar, a principios del siglo XVIII, un centro industrial en Olmeda de la Cebolla (hoy Olmeda de las Fuentes). Encargó el proyecto a los hermanos Churriguera, reconocidos arquitectos que iniciaron las obras con un recargado estilo barroco, que terminó bautizándose con su apellido: 'churrigueresco'. Así nació Nuevo Baztán, con muchas semejanzas con la localidad navarra. El objetivo de Goyeneche era activar la próspera industria agrícola de la zona, pero también la fábrica de vidrio, que adquirió gran fama por su calidad.

Del Palacio de Goyeneche a la belleza de sus calles

El conjunto monumental de esta pequeña y bonita localidad está presidido por el Palacio-Iglesia de Goyeneche, que fue residencia del empresario. Desde el Centro de interpretación, ubicado en lo que fueron las bodegas de la residencia, podréis ver vídeos y maquetas que explican el proyecto inicial. Y desde allí iniciar el recorrido por sus tres plazas (la de la Iglesia, la Plaza de fiestas y la Plaza del Secreto) y sus calles. Os toparéis con bares y restaurantes (muchos con terraza) para relajaros de la mejor manera. Pero, dentro de su historia, también os contarán que allí se rodaron famosas películas con actores hollywoodenses (El regreso de los 7 magníficos, El zorro o Los tres mosqueteros).

Recorridos y merecido descanso

Los más andarines -y si el tiempo acompaña- podréis realizar la ruta circular de la Senda Valmores, que parte del casco histórico y que es accesible para ir con peques. Se realiza por una senda forestal, de algo menos de 6 kilómetros en total, donde veréis tierras de cultivo, pinares y el arroyo del Reguerón.

Aunque durante el recorrido encontraréis varios locales en los que disfrutar de su excelente gastronomía, os recomendamos la Taberna Olmeda (Calle del Palacio, 1. Teléfono: 91 873 43 92). Sus platos, del primero al postre, son totalmente caseros: buen cabrito asado, buen cocido, estupendos postres... Y, si estáis alojados en el pueblo en un apartamento o casa rural, también podéis encargar la comida.

Y haciendo referencia al alojamiento, un lugar muy recomendable es El sitio de tu recreo, casa rural con tres dormitorios y que cuenta con patio y jardín. Sirven además desayuno continental o bufé. Tiene tres dormitorios, tres baños y cocina totalmente equipada. Las referencias son muy buenas. Está en la calle Ronda de Manchester, 278. Las reservas -y consultas- se realizan a través de plataformas de agencias de alquiler vacacional.

La Hiruela, una aldea con mucho encanto

A unos 100 kilómetros de la capital, en la zona norte de la Comunidad y lindando con Guadalajara, se encuentra esta pequeña y bellísima localidad, muy solicitada por su maravilloso entorno natural y sus estupendas rutas de senderismo. Pero también por mucho más. Está ubicada en la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón y se la denomina -quizás por su proximidad con la provincia alcarreña y, sobre todo, por su arquitectura- como pueblo negro de la Comunidad de Madrid. Su casco antiguo y sus casas bajas o de doble piso están construidas, mucha de ellas, con tejados de pizarra negra. También con adobe, piedra y madera en sus paredes, y todas están muy bien conservadas. Por otro lado, se encuentra 'a dos pasos' de estupendos y bellos municipios como Buitrago de Lozoya.

Tal vez vuestra primera parada sea en el Mirador del Puerto, desde el que se contempla un paisaje extraordinario de bosques, montes y arroyos. Pero, ya en el pueblo, el recorrido se inicia en la calle principal, El Pilón. Allí os toparéis con sus señas de identidad: la Casa Consistorial, la Iglesia de San Miguel Arcángel, la Casa de la Maestra, la Casa del Cura (que actualmente es un bar) o la Antigua Escuela. Pero no podéis pasar por alto el Museo Etnológico, en el que conoceréis su historia, las de sus antiguos habitantes, sus útiles de trabajo ganadero y de labranza, fotografías en sepia y hasta su ropa. Os veréis inmersos en una vivienda rural (así se ha recreado el museo) del siglo XVII.

Fuera de la localidad, pero muy cerca -a menos de 2 kilómetros- se encuentra La Carbonera, en la que, hasta mitad del siglo XX, se producía carbón vegetal. También os animamos a acudir al Molino Harinero, a orillas del río Jarama, que se construyó en el siglo XVIII.

Sendas y rutas que enamoran

La Hiruela está en un magnífico entorno -también cercano al Hayedo de Montejo- desde el que admirar los valles de La Puebla. De las afueras del pueblo parten hasta cuatro rutas de senderismo muy bien señalizadas mediante colores. Para realizar una con los pequeños, podéis optar por la Amarilla o Senda de las Eras, de menos de 3 kilómetros y de gran belleza, con bosques, miradores y el sonido del fluir de las aguas de los arroyos. La Senda del Molino, la de color azul -de 5 kilómetros-, también es accesible con peques. En ella se pasa por el Molino Harinero, se sigue el curso del Jarama y se atraviesan bosques centenarios y zonas frutales (la fruta de la zona es muy apreciada).

Una parada para comer... y dormir y relajaros

Quizás habéis optado por realizar un picnic, pero si no es así, en el pueblo, en la calle En medio, 2, podéis reponer fuerzas en el Bar-restaurante La Hiruela (teléfono: 918 44 15 80). Solo los martes permanece cerrado y el horario del resto de los días es de 9:00 a 23:00. Además de los menús, raciones y bocadillos, podréis degustar platos tradicionales, como los judiones, el codillo con salsa de pimientos, la gran variedad de verduras de la zona... Tienen terraza.

Si os quedáis, con suerte, más de un día Casa Aldaba es un estupendo alojamiento en la misma calle Pilón (teléfono: 629 62 62 24). Es una gran casa de piedra con tres apartamentos muy coquetos para 2/4 personas y con restaurante y solárium.

Si solo disponéis de un día de asueto, cualquiera de los dos pueblos de Madrid es perfecto para una jornada de excursión, con mochila al hombro o sin ella.